Reuniéranse en tan ímprobo sujeto
muy pocas o ninguna, cualidades.
No tuvo ni enemigos ni amistades.
La historia le recuerda sin respeto.
Tan solo al fallecer quedose quieto.
Dejó mucho dinero y propiedades.
Los nietos, de cortísimas edades,
sacaron beneficio bien completo.
Rodeárase del lujo y la riqueza,
pero era tal su gula y su avaricia
que solo conociera la pobreza.
Robárale la muerte la codicia
bajo un nicho que acaba donde empieza
la vida a ser por fin buena noticia…