Sin conocerte, se quién eres,
Eres esa bella amistad, un amor sin culminar,
Un confundir de los términos, tal vez sea algo más,
La luz buena que acaricia mi alma, la vital razón.
En una simple amistad, ¿por qué pienso si no quiero?
¿Por qué tengo que pensar? Bella palabra PENSAR.
Yo pienso, porque sé que tú piensas y entrambos
Consta esta amistad. A veces, en muchos intervalos
He sentido tu distancia, tu cercanía en sucesión
Separados y unidos ¿Qué rareza? No crees…
Realidad tan cierta, como tan temida, tan seria,
Tan cruel, tan triste llega a mí, porque existes.
Sin conocerte, se quién eres, concurres gentil,
Todo gracioso, eres alto, de cabello castaño,
Eres bronceado, existes como yo me figuro.
Te hallas en un sueño, una pesadilla, una ilusión…
Existes como yo te pienso, eres amigo, me agradas
Como eres, eres la llama de mi pensamiento,
En la lejanía, eres un ser virtual, música, luz, canto,
Aroma fresco dentro de mí y color que todo lo inunda.
Sin conocerte, se quién eres, creo en el destino,
En el de ayer y en el de mañana, y en el de hoy,
Si al siguiente día pienso, creeré en el de ayer,
Y sino en el de mañana, parejo a como vivo
De las memorias, de un sueño, del pasado severo,
Del futuro efectivo y del presente fácil al recordarte
Y soñar sin conocerte, se quién eres, un amigo leal.
Mis palabras te detallan como eres, no falsean
Llegare a conocerte y hallarte al canto de los días,
Sin más excelso de un verso que no desiste, gozo
Repartido cuando llega otro amanecer, flor de la vida,
Esencia de la amistad, amor que asevera mi fe,
Visualidad viva y balada que inicia este poema,
Con infinito atributos abierto al más bello pensar.