Estos días creo que han conseguido
que de una vez se apagara el fuego.
Hay ciertas casas, como esta,
en las que el que manda no es el dueño.
Pueden ser desgraciadas las eternas discrepancias
y lo es también el amor cuando está pleno.
No siento dolorosa la pasión de aquellas noches
aunque sólo vivan en mí como un recuerdo.
Los relámpagos, los soles, nuestras lluvias
eran luchas que alimentaban nuestros cuerpos.
Todavía aún me anima
el sabor tan dulce de tus besos.
Aunque tu figura me resulta irresistible
creo que otra persona es la que ocupa ya mis sueños.
Eras en mi cuerpo sensación maravillosa
y sacudías mi alma como un trueno.
Le has dado a mi vida su sentido
aunque de ella te marcharas con el viento.