Alma mía, libérame
De esta cárcel de silencios
Rescátame como a un náufrago
De los designios de Zeus
La noche es un tumulto
De estrellas y lamentos
Me duelen las cadenas
Heladas del invierno
Y el viejo costado
Lacerado de mi cuerpo.
Alma mía, sálvame
De esta noche de delirios
Mis huesos me reclaman
Mis pies están fríos
El horizonte es un destino
Cargado de tormentos,
Y atado a estéril roca
Tan fría como el hielo
Resisto las batallas
En donde mueren mis desvelos.
Alma mía, reconfórtame
El fuego es un capullo
Anaranjado de relámpagos
Reconozco en el tesoro
Un trofeo y un castigo
No espero de los dioses
Ni la paz ni el olvido,
Aguardo al salvador
Que me libere del dominio
Del brazo poderoso del suplicio.
Alma mía, abrázame
La esperanza es mi coraza
Mi defensa y mi cobijo
Aguardo al aguerrido
Que me salve del martirio
Que demuela las cadenas
Las que impiden mi albedrío
Que me traiga entre la niebla
La libertad que tanto ansío
La mano salvadora de un amigo.