263- A zarpazo, mordisco. Por Tóber Llacur
He desempolvado un viejo ladrido del pecho; doy vueltas ante mí mismo por aplacar esta ansia. No debería escarbar ni memoria ni suelo colmando mis uñas de enterrado silencio. Comparte con tus amigos
He desempolvado un viejo ladrido del pecho; doy vueltas ante mí mismo por aplacar esta ansia. No debería escarbar ni memoria ni suelo colmando mis uñas de enterrado silencio. Comparte con tus amigos
Oporto y algún pez para añorar que no sólo en tranvía he recorrido el fado hacia sus torres, Comparte con tus amigos
El tiempo, señor de nuestros momentos de ocio, de asueto; de palpitante secreto. Comparte con tus amigos
Acaba el llanto el grito ya no busca oído -tampoco es muerte- sòlo se descree en el consuelo. Comparte con tus amigos
Hoy desperté llorando Se bien que no soy un niño Extraño tu aroma flotando Regresa conmigo cariño Comparte con tus amigos
No te sientas sol@ que la vida es esto Seguir el camino cualquiera sea el peso No te sientas sol@ por te acompañan Comparte con tus amigos
Como todas las cosas que se acaban, la vida tiene un aire un poco incierto. Como un buen libro, su contraportada explica en cuatro frases su argumento. Comparte con tus amigos
Entre el viento y el mar, sopla un aire suave, llevando sal y granos de arena, Comparte con tus amigos
1. Partida Desde este lugar ignoto Encrucijada misteriosa, talud de olvidos Del que múltiples voceros engalanados Reclaman como propio Comparte con tus amigos
La vida vive y se esconde, pedacito a pedacito, en los versos y en las estrellas Comparte con tus amigos