Estamos atravesados de seres invisibles. Nosotros mismos lo somos.
El sistema es un monstruo ciego que avanza triturando.
Cual un ser surgido de las leyendas griegas,
Al que toca con su báculo frío lo endurece.
Seres humanos que andan sin ser vistos,
Como si el entorno estuviese incapacitado de percibirlos.
También nuestra alma parece cubierta por sal. (Como la mujer de Lot).
Es sin duda el gran logro del sistema… ¡Que nos parezcamos demasiado a él!
Y en la creciente miopía, en el autismo sobrecogedor,
Creemos que aquello que le pasa al inmediato, No nos pasará.
¡Que nunca seremos el invisible!
El espejismo de la estampida reside en que el que corre y pisa
Cree que siempre podrá ser el que corre y pisa…
¡Y no el abatido y hollado!
Un parpadeo y nuestros pies se apoyan en el derrumbado,
Otro parpadeo y otros pies se apoyan sobre nosotros, y así sucesivamente.
¡Y ya somos el invisible!
En las calles ateridas del invierno, en las plazas perfumadas del estío,
En los rincones de las estaciones vacías, entre las flores de descoloridas primaveras,
Entre la basura,
(Restos del festín del día para algunos),
Van, vienen, se detienen, se derrumban,
Miran, suplican, buscan, hasta gimen,
Los invisibles…los invisibles…nos los invisibles…
En los bancos de las plazas están sin ser percibidos sentados
Buscando avisos de trabajos que no existen, o con las miradas extraviadas
En laberintos dolorosamente humanos,
En las mesas huérfanas de los bares,
Acodados en los portales de las iglesias negadas hasta para un
Dios triste que también deambula incorpóreo.
No están, no estamos.
Nadie los ve, nadie nos mira.
Las estadísticas estatales son como una red tirada al mar:
Mezcla de todo y es insensible.
¡Solo lo extraído tiembla en la infinitud de su dolor!
Casi son capaces de pasar a través de nosotros
Y somos incapaces de atrevernos al abrazo.
Luego, al instante, somos nosotros los suplicadores
De esa actitud que negamos,
De ese abrazo que ahogamos,
Pero ya es irremediablemente tarde.
¡Nadie nos ve!
Hasta la mirada se nos ha tornado huraña,
Esquiva,
Y sin ni siquiera nuestra orden
Salta y evita detenerse en el que nos llama
Desde un silencio sobrecogedor:
¡El silencio de la indiferencia y del olvido!
Cual las pinturas de Munch,
(Atardecer en la calle Karl Johan o Angustia,
Antecesoras de El Grito),
Donde las personas circulan
Por una calle totalmente ajenas unas de otras,
Portando una desazón que arroba,
Como discurriendo en mundos paralelos,
Así transitamos nuestra paupérrima existencia.
¡Y más antes que enseguida, vamos transformándonos todos en el invisible!
Me parece sobrecogedoramente humano, una descripción cabal de nuestra realidad de hoy. Poemas así ayudan al alma.
Me siento identificado con el sentimiento y argumento que expresa tu poema, lo he leído detenidamente, y me atreví a extraer de el, las imágenes que mas me han comunicado. Respetando tu escritura, esta es mi lectura de tu poema:
“Seres humanos que andan sin ser vistos,
en el autismo sobrecogedor,
en las calles ateridas del invierno,
en las plazas perfumadas del estío,
en los rincones de las estaciones vacías,
entre las flores de descoloridas primaveras,
entre la basura,
(restos del festín del día para algunos),
buscando avisos de trabajos que no existen,
en laberintos dolorosamente humanos,
en las mesas huérfanas de los bares,
acodados en los portales de las iglesias negadas
hasta para un Dios triste que también deambula incorpóreo.
Las estadísticas estatales son como una red
tirada al mar: donde las personas circulan
por una calle totalmente ajenas unas de otras,
portando una desazón que arroba,
como discurriendo en mundos paralelos,
así transitamos nuestra paupérrima existencia”.
Estos versos comunican tu autenticidad e inspiración.
Leonidas, un saludo.
Estoy de acuerdo con lo que expresa tu poesía, nos convertimos en seres invisibles, y es preocupante.
Saludos
Comulgo con la mayoría de las imágenes que nos propones, pero no lo veo como un poema. De todas formas ya lo he dicho antes por ahí, la poesía es tan subjetiva…
Suerte
¡¡¡Buenísimo , sí como tú lo dices !!! . » Estamos atravesados de seres invisibles . Me encantó .
Creo que esos versículos tan largos le dan al poema un tono a veces prosaico. Yo más bien diría que lo veo como un texto biblico. Pero dice tantas verdades…
Saludos.
Me ha costado encontrale el ritmo. Interesante todo lo que escribes pero lo imagino como parte de un ensayo