Sipnosis
La narradora cuenta la
historia de Karen, una mujer médico, que padece una grave enfermedad. En
un viaje a Tokio coincide casualmente con un pintor fracasado, Patrik
Vidal, que vive realizando reportajes fotográficos para una revista. Un
libro de poemas haiku incita entre ellos una amistad que derivará en una
relación amorosa. La novela está dividida en tres partes, son los tres
versos del un poema haiku, que a su vez es el centro de la novela, en
los que el pintor resume su vida. El relato se nos presenta de una
manera fácil, los saltos de narración son como los movimientos de cámara
de una película. Se nos describe solo aquello que interesa, la
imaginación del lector pone todo lo demás, se evitan las descripciones
recargadas, con un estilo narrativo que busca imitar en esencia esa
sencillez y naturalidad que tienen los poemas haiku, pinceladas de
sentimientos, que suponen una apuesta narrativa arriesgada en los que se
fundamenta el aporte creativo del autor. Una novela que además, tiene
las condiciones para atrapar la atención del lector, con una trama que
crece en intensidad y mantiene nuestro interés hasta el final. Una
historia conmovedora que nos seduce gracias a la interesante relación
que se establece entre los personajes, y a los diálogos ágiles. Un
encuentro fortuito que propicia una historia de amor, sobre la que
planea la muerte.
Autor: Jesus
Huerta
Nacido en Salamanca
(1950), su infancia y adolescencia transcurre en Ciudad Rodrigo.
Licenciado en Medicina por la Universidad de Salamanca en 1975. Durante
la etapa de sus estudios universitarios, escribe y publica algunos
artículos y poemas en "La voz de Miróbriga". Desde 1980 vive en Girona.
En 1998 gana el tercer premio del concurso literario del Colegio Oficial
de Médicos de Girona con "El cuestionario de inglés". "El Pintor de
Haikus", es su primera novela.
REFLEXIONES PERSONALES SOBRE MI NOVELA
El pintor de haikus ha nacido de la conjunción de una serie de
circunstancias, algunas personales y otras puramente casuales, que
trataré de exponer a continuación.
1- Cuando comencé a escribir lo que iba a ser mi primera novela, no
sabía si lograría terminarla, y si lo lograba, no sabía si después
escribiría alguna más, por lo que elegir que historia iba a contar era
de suma importancia. Ante esa tesitura decidí que quería contar una
historia de amor, de AMOR con mayúsculas, básicamente porque quería leer
una historia de amor y decidí contármela a mi mismo. Además, pensé que
era bueno aportar una historia de amor para que la gente la leyera, creo
que leer historias de amor es sano y necesario. A posteriori y con los
años, el tiempo me ha demostrado que quizás sea mi única historia de
amor, las otras novelas que he terminado y sobre las que trabajo no
tienen que ver con el amor. Por lo tanto, le diría al lector que mi
novela es una historia de amor hasta las últimas consecuencias.
2- En esos mismos comienzos, tropecé o mejor dicho, entre en colisión
con el haiku, cuando la historia solo asomaba en los más recónditos
rincones de mi mente. Surgió una amalgama en mis pensamientos que no me
dejaba dormir. La poesía haiku me dictaba una nueva forma narrativa, que
yo no había probado, un lenguaje sencillo, directo del corazón como dice
Matsuo Basho "lo que viene del corazón es bueno, la retórica es
innecesaria", y ese fue el reto, aportar algo, no a la literatura que
nunca lo he pretendido, pero si a la creatividad. Ese era un motivo
importante para escribir, para encerrarme días y días, abandonar parte
de mi trabajo y pedir paciencia a mi familia, y para asumir el esfuerzo
impresionante que supone terminar un libro. Yo también pienso que... si
un libro no aporta nada nuevo, no merece ser escrito. Por tanto, le
diría al lector que esa el la razón de que surgiera un libro poético.
3- Por las mismas fechas, tuve la experiencia personal de perder una
gran amiga. Y eso fue la mecha para que explotara la bomba que llevaba
dentro. La vida y la muerte tenían que enfrentarse y afrontarse en mi
libro, pero no de cualquier forma. Quería hacer un homenaje a las
personas que saben afrontar este último reto como ella lo había hecho.
En mi novela la gente se muere, porque en esta vida todos nos morimos,
ese hecho es real y tenemos que asumirlo. Desde aquí, le diría al lector
que va a encontrarse con unas experiencias duras, pero sin regocijarnos
en el dramatismo. Me gusta que un libro me haga sentir cosas al leerlo,
y si me hace llorar es que me ha llegado muy adentro.
Jesús Huerta.
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