Era un bosque (relatos)
Los árboles de Luis Tamargo forman su bosque particular: "Era
un bosque, diríase que unido, si uno se iba acercando". Árboles
con nombre propio, que incluso pueden llamarse Pablo, Hayas,
tilos, sauces, eucaliptos, abedules, fresnos, rumorean aquí a sus
anchas. La lluvia, los árboles, el viento, la nieve y los ríos
dejan al paisaje en un lugar, no sólo descriptivo, sino de
auténtico protagonismo.
Le gustan a Luis Tamargo los
derroteros de la literatura fantástica, y varios relatos discurren
entre la realidad y la imaginación. También le interesan los
avatares del mundo laboral: los despidos, las injusticias, las
incomprensiones. En algunos relatos se respira el desasosiego y la
sinrazón de la cotidianeidad. El lector se queda con las ganas de
una vida nueva; de un ejercicio de libertad para un hombre
encasillado en la rutina. Ascensores que no se detienen nunca en
la octava planta, lugares para morir o encontrar la paz, más allá
de la costa, en Los Acantilados, aunque no exista ninguna
población con ese nombre; todo contribuye a la fabulación del
misterio, que se engancha en el ánimo del lector como un jirón de
niebla en el pico de una montaña.
Autor
Luis Tamargo es natural de Santander, en el norte español.
Cursó estudios de Filología Hispánica y ha publicado "Escritos
Para Vivir" (1998), su primer libro de poemas; y “Era Un Bosque”
(2004), de relatos. Luis Tamargo viene desde la poesía al relato,
que es un camino donde se cruzan a menudo ambos géneros. El poema
y el cuento viven del ritmo y de la musicalidad. El aliento
poético está presente en este libro, como si la savia de los
árboles que aparecen con tanta frecuencia en sus relatos, viniera
de atrás, de su primera publicación.
Además de su obra poética, agrupada bajo el sobretítulo de "Poemágenes",
trabaja en la actualidad en una selección de relatos breves donde
la prosa adquiere una dimensión poética emocional. |