Esta es la
suplica mas repetida por millones de mujeres en el mundo, seguramente en
un solo día.
Millones de mujeres que sufren diariamente el acoso más atroz jamás
inventado por sus propias parejas.
Mujeres que ven con desesperación como su amor se convirtió, no saben ya
cuando, en autentico pánico ante la presencia de su compañero.
Compañero que fue en muchos casos príncipe azul. Compañero padre de sus
hijos. Compañero verdugo que día tras día machaca su cuerpo y su mente
hasta dejarlas reducidas a la nada, a la no existencia, al no derecho,
al no vivir.
Compañero que en la calle muchas veces es un autentico caballero.
Compañero que adula a otras mujeres que no pueden ver su autentico
rostro porque no lo tienen en casa. ¿Compañero?
De verdad se puede dar ese nombre a quien es capaz de matar, mutilar,
aplastar psicológicamente a alguien que solo aspira a darle felicidad.
Pero son millones de mujeres aun en el mundo las que sufren este día a
día. Y nos llenamos la boca con formulas, y llenamos el código penal de
nuevas leyes para castigar estos actos y… ¿donde esta la solución?
Probablemente en la cuna, en no proyectar en nuestras hijas enseñanzas
inconcebibles hoy día, pero sobre todo en mirarnos en nosotras mismas,
en nuestros propios ojos sin esperar la mirada del otro, sin desear
desesperadamente que nos quieran, en querernos nosotras sin esperar nada
mas y sobre todo borrando de nuestro lenguaje… Por favor, por favor, por
favor…
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