ENTRE EL SOMONTANO Y EL SOBRARBE

Por José Álvarez

Cementerio de las TRES HERMANAS

Las flores que adornan los nichos y tumbas son numerosas, tanto, como numerosas son las caricias y los besos que dejamos de darles a muchos amigos cuando estaban entre nosotros.

Las mariposas azules presagian buenos augurios. Nunca había creído en su simbología mas... hoy he visto una y he recibido noticias, buenas noticias.

¡Ay! ... si yo pudiera hacer un nudo celta con tus besos.

Camino del río NATA

Todo está verde como la piel de Osiris.

En CHARO (La Fueva)

Al salir el toro rugen los espectadores, y el torero se envalentona, y la fiesta estalla, hermosa y española. No sé...

Estos pensamientos... inquietantes como la única luz amarilla que se deja por el solitario ventanal de la torre románica, iglesia entre la bruma.

Sobre sus huellas estoy enterrando los mosquitos de mi tristeza. Y me dirijo hacia el destino que no existe. O, ¿tal vez? El destino es poco atractivo, poco lúcido, porque ahora no amo.

Descubrí que su mirada estaba vacía... Algo pasaba... ¿Por qué se fue entre la hojarasca las lágrimas de la aurora?

Este musgo espeso, en este valle profundo, me recuerda que es cierto, al otro lado existe un mundo de hadas, de dioses y de héroes.

Por primera vez oigo pasos de elfos, ese sonido negado a los mortales.

- ¡Cuidado! ¡Cuidado! -Alguien me grita. Me paro. Y se acerca diciendo:

- Las huellas que sigues conducen al lugar de donde nadie regresa.

La he reconocido, es Circe.

¿En que animal me convertirás para entrar en el Mundo de los Muertos? ¿Podré hablar con Perséfone, y preguntarle el camino de regreso a mi Ítaca? Yo no quiero la inmortalidad, debe ser muy aburrido ser inmortal, solo quiero saber si es verdad que en la Otra Orilla están toda la gente que se ha ido.

Como me deja hablar, sigo: Ulises bien podía entrar y salir del Hades... y Er, testigo y relator del juicio de las almas. ¡Ya sé! Yo no soy un héroe, pero... si los dioses lo pueden todo, ¿por qué no me autorizan a entrar y luego subir para contar lo que vea? ¿Tienen miedo de que los mortales sepamos la verdad?¡Está bien! No quiero que vosotros, Circe y Calipso, me persigáis por todas las partes. ¡No haré más preguntas! -seguía mirándome con sus ojos de bruja divina, sin decirme nada-... Además, para qué quiero ir al infierno del Otro Lado, si aquí ya tenemos a Irak, Palestina, Israel, cerca de tu tierra, o más aún… ¡Vaya! Circe se ha ido...

Digo como Píndaro: “Alma mía, no persigas una vida inmortal, pero agota los recursos del este mundo”.

En Saravillo.

La montaña se transforma. Antes vestida de niebla, ahora desprovista de ropa interior, en las garras del Sol-Halcón.

¡Nunca sabré escribir! ¡No sé plasmar tanta belleza! Estoy paralizado por la “Medusa” del paisaje.

Cerca del Monasterio San Viturian.

¡Quiero quedarme! ¡Quiero quedarme! Escribo ahora apoyado sobre estas piedras monacales, venidas de lo más ignoto, por el camino que abrieron las oraciones de los monjes de probada fe, con palabras silenciosas que volaron hacia un cielo inmaculado.

Ahora mi alma es un velero tranquilo... una huella sobre el agua, un sueño que no se consume. Solo quiero pensar, escribir... ¡no! No sé describir tanta paz. ¡Adiós!

¡Cómo agitan sus ramas los abetos! Y, no es de la brisa... estos árboles están escribiendo en el libro invisible de los siglos la historia del monasterio.

Camino del dolmen de Tella.

Estoy seguro que en el próximo solsticio, sobre el dolmen de Tella, bañado por las primeras luces que se hundirán más y más en mi pecho, me transformaré en habitante de un mundo bellísimo poblado de seres de amor.

En la ciudad de Barbastro.

Mientras escucho “Forever loving” de Bob Marley, recuerdo cuando fui tirando trozos del viejo amor para huir con el nuevo, la de ojos oscuros, más sexual, más misteriosa, más trasgresora... con ella he sido capaz de hazañas imposibles. Corremos sobre el bien y el mal, sin contaminarnos, como Eufemo corría veloz sobre las olas sin mojarse.

Bueno… mañana será otro día.