Eran las 04:00 am de una calurosa noche de
agosto. El citroen Xsara color verde aceleraba tras la
larguísima recta. Dentro del automóvil Gabriel y Sara trataban
de dar con la pieza equivocada que poco a poco hacía que la
feliz relación que habían mantenido durante 5 años, se
transformase en un frágil castillo de naipes, todo pendiente de
a la mínima para derrumbarse definitivamente.
- Por favor Sara, ¿quiéres dejarme hablar un
minuto seguido por una vez?...
Solicitaba Gabriel con insistencia,
gesticulando con la mano derecha y dejando a la izquierda sola
ante el ''peligro'' del volante. Ella se permitió encenderse el
tercer pitillo del trayecto antes de contestar.
- Venga. Habla.
Contestó la jóven.
- Analicemos la situación. Estamos en la
discoteca. Llega Quino. Nos presenta a su ''nueva'' novia. La
chica, educadamente me da dos besos. Tú te coges y te pones a
hablar con Quino toda la noche y yo para no aburrirme, ya que no
están ninguno de mis colegas, hablo con la chica, la cual no
para de reírse conmigo, no por nada, sino porque empecé a
contarle un chiste y ya sabes lo que me pasa cuando empiezo a
contar chistes, que no paro. Y ahora llegas y me pones la cara
de pérfida....
- ¡Pérfida yo¡???...
- Si tú. Y encima vas y me dices que la
chica se me ha insinuado, y que yo no le he dicho que no, que se
me caía la baba y tal....pareces una niña, qué quieres que te
diga, es lo que veo...
- Yo parezco una niña?...Mira tío, hasta
una niña se habría dado cuenta de como la mirabas y de como le
rozabas la oreja con la boca cuando le hablabas dando a entender
que no te oía con la música. Hasta Quino se ha dado cuenta.
- Ah si?...pues no me ha dicho nada, no se
sentiría muy mal por la situación...
Sara se mordía el labio inferior, moviendo
la cabeza de izquierda a derecha.
- A Quino le da igual lo que hagas con su
novia o no sabes cómo es?...como si te enrollas con ella en su
presencia, luego con decir que le sobran las tías...
- No creo que sea para tanto...
- Bueno tío, que me da lo mismo, que yo sé
lo que he visto.
- O sea, que según tú la chica y yo nos
hemos tirado los tejos y tal, no?....¡joder tía!...no me dejas
escapatoria, te digo la verdad de lo que ha pasado y si no me
crees no es mi problema.
Exclamaba el jóven.
- Por qué me haces esto ''Gaby''?...
Inquirió la chica visiblemente emocionada.
Él resopló.
- Mira, mañana vas a quedar con Quino y la
chica para tomar café. Delante de ti sacaré el tema, no quiero
que haya dudas entre nosotros.
- Y qué crees que va a decir ella?...''Si,
Gabriel me gusta mucho y me tiró los tejos''...
Dijo ella poniendo voz de niña buena.
- Coño!...Entonces qué hago hostia
ya!!!!....
Vociferó el muchacho encolerizado y tras
propinar un puñetazo al volante.
Por un momento se calmaron. Ella apagó el
cigarro y se apoyó en el brazo derecho y en la ventanilla. Él
con el codo izquierdo también en la ventanilla y expresando su
incomodidad y crispación como mejor sabía hacer, mordiéndose la
uña del dedo ''meñique''.
- Por cierto.
Habló ella.
- Tu equipo de montaña ya está listo. Me
llamaron de la tienda esta tarde. Se me olvidó decírtelo.
- Ok. De todas formas iba a ir, con o sin
equipo.
- Creí que el señorito no iba a escalar
sin su segunda novia.
Sostuvo Sara con total ironía.
- Tomás quedó en prestarme el suyo, ya que
igual él no viene.
Respondió él.
De nuevo sólo se escuchaba el motor del
coche y el de los pocos vehículos que se encontraban a esas
horas en la carretera. Sonido que a su vez fue interrumpido por
el del móvil del chico, el cual había recibido un mensaje.
Sara jamás se había interesado por las
llamadas o por los mensajes que su novio recibía, al igual que
él tampoco por los de ella, pero era la noche de las sospechas y
como un autómata se lanzó a por el teléfono, el cual estaba
debajo del freno de mano. Gabriel hizo el mismo gesto. Los dos
fueron muy rápidos y los dos se gritaban el uno al otro la
posesión del móvil. Sara tiró más fuerte de él y justo cuando lo
agarra con la mano que le quedaba más lejana a su novio, empezó
a desbloquear el aparato para leer el mensaje.
Gabriel alzó el brazo en un último
esfuerzo por recuperar la parte electrónica de su intimidad,
pero ya era tarde. Sara ''entraba'' en la sección mensajes
recibidos y lo siguiente que el chaval vio, fueron las letras
I-V-E-C-O, junto al parabrisas del xsara, letras que unidas
correctamente formaban la palabra IVECO, conocida marca de
camiones de gran peso. Tal fue su lucha por quitarle el móvil a
su novia, que perdió el control del volante, dejándose su vida y
la de su novia en el intento.
El choque frontal fue tremendo. Tanto, que
el pobre citroen xsara se incrustó debajo del camión, quedando
de él solo un montón de chatarra. Solo algo sobrevivió el móvil
de Gabriel, el cual mostraba el mensaje que ninguno de los dos
leyeron jamás, decía así:
'' Hola, soy Ana , la novia de Quino, creo
que me estoy arriesgando enviándote esto. Era para decirte que
tú también me gustas y que deseo que la tercera vez que nos
veamos, cumplas lo dicho esta noche y me cuentes uno de tus
chistes en un lugar más íntimo. Un besito''.
FIN
Fuengirola, 22 de marzo de
2000.