Clara,
delante del
espejo y
de sus dudas,
se tira de la
falda hasta
casi romperla.
Clara,
sobre los
tacones rojos,
parece una diosa
libre.
Bip,
suena su
teléfono
cruzándole por
los ojos
un ramillete de
ahogos.
Bip,
vuelve a sonar a
los cinco
minutos.
Clara,
la diosa,
esta noche
no sale con
su chico;
va con
sus amigas
al cine.
La falda
duerme en
el suelo
cuando suena el
tercer mensaje.
Menos mal
que me he
cambiado,
piensa
cuando
descubre a
Daniel
(su novio)
esperándola en
la puerta para
ver con quien
va y
cómo se ha
vestido.
No has contestado
mis mensajes,
le escupe
en sus ojos
pintados de
verde
mientras le
aprieta el
brazo y
el aire.
Pero él
me controla
porque me quiere,
le dirá más tarde
a sus amigas
con el
labio partido.
Yolanda
Sáenz de Tejada
Noviembre 2010
https://yolandasaenzdetejada.blogspot.com/
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