Soy una adicta al romanticismo y lo confieso, por eso historias como esta, las vivo intensamente y me gusta contároslas…
Para Pablo,
por sus canciones
Tú no lo sabes
pero a veces,
te espío mientras
te pintas
los labios
(y si no me miras,
te como la boca
con los ojos).
Los lunes y los
miércoles,
voy a buscarte a
la oficina y
te llevo un helado
de caramelo que
siempre termina
derretido entre
mis dedos
(mientras pienso que
te amo
con demencia).
Y los viernes,
después de
que hagamos el
amor hasta
rompernos,
te encanta cenar
en la cama
champán y
calamares fritos
(recién hechos,
por favor).
Tú no lo sabes
pero hace ya
más de un año
que vivimos
juntos,
aunque tú
te empeñes en
ignorarlo y
en pensar que
eres feliz
con tu marido.