Comenzábamos a regar la alas de los ángeles…
Comenzábamos
a regar las alas
de los ángeles.
Las tenían caídas
y mustias;
en su mayoría
arrasadas por
tus palabras
puñales o
por mis ganas
de olvidarte.
Pero los ángeles,
desnudos y
bellos,
se apiadaron de
nuestras bocas
y nos recibieron
enamorados
ese 19 de febrero
(San tú).
Cuando sus plumas
comenzaban
a brotar de nuevo,
con esa ternura
que solo somos capaces
de fabricar nosotros,
trajiste a tu ejército
de monstruos
y de visionarios
salvajes.
Me apalearon
tus reproches
sin piedad,
ignorando
la tierra húmeda
que habíamos
conseguido.
Eliminando las semillas
y fabricando
de nuevo
desierto.
Mi amor,
cómo has podido
traerme
los demonios
en pleno crecimiento
de las alas de los
ángeles…
Cómo no has podido
ver su belleza y
mi agotamiento.
Como
no
mi
verdad.
*Poema de mi libro “Alquiler de humedades en el centro de mi corazón y de Madrid”, de Huerga y Fierro.
Yolanda Sáenz de Tejada
Colaboradora de esta web en la sección
«Tacones de Azúcar»
Bello poema, Yolanda. Me encantó por las imágenes y ritmo que manejas. Felicidades.