Infamia. Por Juan A Galisteo Luque

Me han contado por ahí, no lo he creído,

que te han visto enmudecer y que has llorado,

que no tienes alegría y que has perdido

todo aquello que quisiste y que has amado.

Que te has vuelto presumida, escurridiza,

que no eres ni la sombra de tu espejo

y que el tiempo en tu semblante se desliza

cual figura de un espectro feo y viejo.

Con el gesto maldiciente de ironía,

te han querido castigar, lo han intentado,

con infamias, con crueldad, con tiranía,

y en su afán de convencerme, no he callado.

¿Quiénes son esos intrusos que te aclaman

y salpican a su vez tanta inmundicia?

¿quiénes son y qué derecho en ti reclaman,

despertando despropósitos, malicia?

¿No será que tienen celos de tus ojos,

de tus labios anhelantes de sonrisas,

y es por ello, que responden con enojos

esas lenguas afiladas e inconcisas?

¿No será que están sedientos de intenciones,

que pretenden con maldad y con perfidia

destruir a los demás sus ilusiones,

y es por eso, que te tienen tanta envidia?

¡Qué sabrán ellos de amor y de belleza!

¡Almas negras de ambición y de codicia!

¡Qué sabrán de la humildad, de la nobleza!

¡De ese beso cariñoso que acaricia!

Esos falsos protectores con alardes

que no cesan de lanzar su felonía,

me entristecen porque son unos cobardes,

pues se esconden tras la oscura villanía.

Hoy te he visto como siempre, ¡tan hermosa!

al caer la luz del sol en el Ocaso;

no te ofendas si te digo primorosa,

que a la innoble necedad no hay que hacer caso.

——

Juan A Galisteo Luque
Blog del autor
Del poemario: Versos de luz y sombras
Derechos registrados

2 comentarios:

  1. Juan, me está costando comentarte el poema. Primero, porque no lo encontraba, menos mal que esta bendita web tiene un potente motor de búsqueda y me acordaba del título (¡como olvidarlo!)… Segundo, porque no funciona el ‘Leer más’ y el poema no se desplegaba, arrrggg; al final lo he hecho clicando en el título, menos mal, bufff…
    Tercero, porque he intentado darte todas las estrellitas :B y ha sido imposible, varias veces y nada. Qué difíciles son las cosas a veces…

    Te felicito por estos versos tan bien hilvanados, la verdad es que conmueven al recitarlos… Desde luego, la innoble necedad o la ramplona estulticia, no tiene nada que hacer en un ánimo fuerte, trabajado; en alguien que sabe a ciencia cierta que todas aquellas cosas que los demás critican, sin duda, están en ellos aumentadas por un millón… Pero cuando uno es joven e inocente, ¡qué daño hacen!

    Un abrazo.

    • Hola Mar:

      Pues la verdad es que es muy cierto que estos actos pueden hacer bastante daño, pero no solo cuando eres joven, también en cualquier momento de tu vida. La maldad no tiene consideración, ni con la edad, ni con la persona, una vez ha penetrado en tu camino con alevosía.
      Dile a Juan, que Muchas gracias por las fotos, son preciosas.

      Un abrazo.

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