Mami, ¿a que María no es tonta? De Mati Morata Sánchez

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Queridos amigos de Canal literatura:

Desde este espacio poliédrico, sin muros, que nos acoge siempre sin sospecha y que nos alienta para seguir siendo lo que somos y lo que pretendemos ser, amantes de las palabras, hoy me dirijo a vosotros con dos objetivos.

En primer lugar, para contagiaros de optimismo, invitándoos a gritar, con mi mismo entusiasmo, mi primer pensamiento urgente: “No es que las sirenas no existan; es que, a veces, las buscamos en la montaña”. Por tanto, sólo es cuestión de perspectiva y matices. Y, al mismo tiempo, enarbolar la bandera del sueño y la imaginación creadora como principios básicos de esta sociedad llena de incertidumbre.

Y, en segundo lugar, para presentaros un cuento actual, raro, tierno, acorde con mi estilo, sujeto al entendimiento y el diálogo creativo, reflexivo y constructivo de mis jóvenes filósofos, pensadores que tengo por alumnos. Un cuento que forma parte de una colección de 32 relatos de educación en valores, llamada Cuentos con corazón, editada por Editorial GEU. De ellos, ya están en la calle y a la venta 4 títulos: Las vidas del agua, Papi, ¿los niños no juegan con muñecas? y Confieso que una vez acosé. Confieso que una vez fui acosado.

De todos ellos, es Mami, ¿a que María no es tonta? el que he elegido para la ocasión, porque es una historia llena de ternura pensada para que los niños comprendan y sientan empatía hacia aquellos seres que, en su peculiar mirada de la realidad, no ofrecen sino una perspectiva más, interesante, curiosa y enriquecedora.

La peripecia vital de María, en su lento aprendizaje para montar en bicicleta, es la viva imagen de todos, que, con mayor o menor lentitud, con caídas y vientos en contra, con o sin síndrome de Down, pero con tesón, cariño y sonrisas oportunas, acaban llegando a la meta. El conocimiento, como paso previo a la aceptación de quienes son diferentes, permite que superemos actitudes discriminatorias e intolerantes y contribuyamos al > desarrollo de una sociedad más democrática y solidaria.

Espero contar con vuestra paciencia, vuestra sonrisa y vuestra cálida mano que me encantará estrechar con cariño el día de la entrega de premios de Canal literatura.

Un abrazo y dos besos.

 Mati Morata Sánchez

 

 

Mati Morata Sánchez
Colaboradora de esta Web en la sección
«Miradas con MatiZ»
Foto: Joaquín Zamora
Blog de la autora

8 comentarios:

  1. Sublime, imaginativo, maravilloso, sensible, creativo, lleno de vida, educa, quita prejuicios, hace recapacitar, ilustraciones insuperables, narrativa preciosa, estética y diseño fantásticos. Felicidades. Un fan.

  2. Muy bonito si señora, ahora, lo que me ha costao conseguirlo…Es una pena que se le de más importancia a cuentos estúpidos y sin sentido (me ahorro citar y darles publicidad). Este cuento, nada más tenerlo en las manos es un lujo. Esa portada, esa niña tan conseguida, esos dibujos que hacen soñar, tanta sensibilidad escrita unida a tanta sensibilidad plástica. FELICIDADES Y ENHORABUENA a escritora y dibujante, ambos habéis sido un descubrimiento maravilloso. Magnífico trabajo. Recomendado al 100% seguir así!. Olga Lorente.

  3. Preciosa historia y preciosas ilustraciones. Es una pena que no se difunda más, televisión, radio, prensa. que se impulse el trabajo de estas dos mentes maravillosas, que nos han regalado amor, compasión y tolerancia. Gracias de corazón.

    Fdo
    «Una madre que conoce muy bien la historia de estas madres y marias»

  4. Pura ternura, espero que se sigan haciendo cuentos así. El mundo los necesita. Me encantan las ilustraciones, me quedo corta…¡¡¡me alucinan!!! Felicidades.

  5. Julio Serrano

    De esos cuentos, que vas leyendo tan bonita historia y vas viendo el trabajo del ilustrador y caes rendido…enamorado.mi mas sinceras felicitaciones. Gracias.

  6. Manisera On Line

    Mi más sincera enhorabuena, Mati. Todos los cuentos son legados fabulosos que nos ayudan a crecer. Además son una forma estupenda de educar en valores, esos que hoy en día ya brillan por su ausencia. Te felicito. ¿Dónde podemos comprarlo?

    A OLGA LORENTE, Olguita:
    me gustaría decirle que hacer publicidad apoyándose sutilmente en la contra publicidad de otros (aunque no los nombre) no resulta ni ético ni agradable. Le puedo asegurar que no he conocido ningún cuento estúpido o sin sentido que a mi no me haya enseñado nada. Hay cuentos que nos pueden gustar más o menos, estar escritos mejor o de forma más mediocre, tener más o menos difusión. Pero creo que la intención de cualquier cuentista que se precie es (siempre) comunicar sentimientos nobles y valores a recordar para niños y adultos. Un cuento estúpido o sin sentido, señora mía, perdóneme, ya no sería un cuento, nunca. Sería uno de esos muchos adefesios que pululan por una red ya muy infestada de mediocridad.

    Menos mal que entre tanta seta, florecen libros de cuentos como el de Mati que, estoy segura, será para recordar.

    Un saludo.

  7. Queridos amigos:

    Gonzalo, Olguita, Silvia, Lucía, Julio y Manisera. Lo primero es gritaros con todas «mis mayúsculas» GRACIAS¡¡¡¡¡. Seguro que os hacéis una idea de cómo me anima, nos anima al ilustrador y a mi persona, vuestros amables comentarios. De repente, sientes que tus trabajos, tienen sentido, y que los zapatos pesan menos, en el camino de la vida. Vosotros sois, sin duda, la energía que mueve mis brisas. Así que no dejéis de decirme siempre, si alguna vez más suena la flauta, y lo que yo hago os gusta. (ja,ja) Gracias de nuevo.

    Los libros, Manisera, se pueden comprar en cualquier Corte Inglés, si no lo tienen lo piden, o bien on line en: http://www.editorialgeu.com.

    UN abrazo muy tierno pero con fuerza.

  8. Sigues inmersa en la tarea de conseguir que los escolares piensen. Un empeño encomiable y digno de aplauso.
    Con profesores como tú, Mati, esta sociedad debe alumbrar una generación que supere las luces de la anterior. Ojala se consiga.
    Por otro lado, no estaría de más que los adultos leyéramos tus cuentos. Estoy seguro de que limarían alguno de esos callos mentales que provoca la televisión y otras formas de atontolinamiento; callos que, al menor descuido, te taponan el raciocinio y el buen gusto.
    Felicidades.

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