Viajando en el lento peregrinar por los caminos de la vida
atravesando suaves y verdes prados, otros plagados de espinas
presiento muy cerca de mi alma, la suave e invisible compañía
de la tenue y ondulante luz de una pequeña vela encendida.
Un gran placer en mi despierta presentir la tenue luz al transitar
su calidez protege mis pensamientos, los acaricia e invita a soñar…
imaginar flotar suavemente por praderas cubiertas de flores
y gozar del sabor dulce que en mi alma provoca la soledad.
Trato de adivinar que sugiere la luz que de la vela emana
imagino que el amor sutilmente transita hacia mi alma
lo necesita mi sensibilidad, estremecer de pasión sana
elijo renunciar a la soledad, si un gran amor me llama.
No me atrae lo pasajero, la delicadeza es quien me atrapa
sentidas palabras sinceras, que inquieten y estremezcan mi alma
los pensamientos me sugieren que debo de estar preparada
al llamado a la puerta del corazón, porque no me permite cerrarla.
Mirtha Rodríguez
Argentina
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