«Vendrá la muerte y tendrá tu rostro», el libro que habla sobre lo que no se ve. Por La Reina Lectora

«Vendrá la muerte y tendrá tu rostro»

Se está empezando a hablar de un libro que no necesita ninguna voz. Un libro que para comunicarse solo necesita arte: literatura, música, pintura. Hoy tenemos el placer de entender esta lectura, a caballo entre el thriller y la novela existencialista, escrita por Jose Luis Tomás, Vendrá la muerte y tendrá tu rostro. En esta historia, una joven pintora es hallada muerta y se convierte en el centro de atención de un periodista con un extraño hobbie: reescribir la historia de personas fallecidas. Pronto descubrirá que todo lo que rodea a dicha pintora es extraño y que, solo a través de sus cuadros, conseguirá realmente conocerla.

Vendrá la muerte y tendrá tu rostro

Jose Luis Tomás nos ha concedido una entrevista muy especial en donde desgranaremos los pormenores de su novela.

 

Hola, Jose Luis. Sé que esta idea surgió a raíz de un cuadro regalado por un amigo cuya imagen era una sobria vela sobre una mesa y un fondo oscuro de estrellas. Así pues, no voy a empezar preguntándote cosas sobre el porqué del argumento, sino sobre el qué del argumento.

  • ¿Qué es lo que más te gusta de tu historia una vez terminada?

Creo que es la historia que quería escribir, que, al final, todas aquellas pequeñas ideas que iban surgiendo mientras “pensaba” la trama se fueron añadiendo al conjunto de una forma armónica y natural, creando un cuerpo coherente con la idea base y aquello que yo pretendía expresar. También estoy bastante contento con el desarrollo de los personajes. Ver cómo fueron creciendo y cobrando su propia personalidad a lo largo del relato es algo muy gratificante.

  • ¿Qué esperas qué ocurra cuando el lector lea el libro?

Me gustaría que al lector le ocurra lo mismo que me ocurre a mí cuando leo algunas obras: que lo que estoy leyendo me conmueva de alguna forma. Hay mucha gente, sobre todo en estos tiempos hiper consumistas, que lo que busca en la lectura es distracción, evasión. Siendo esto completamente lícito y respetable, pero yo necesito que lo que leo no me distraiga, sino, al contrario, que me haga más consciente de mí mismo, que saque a la superficie claroscuros propios que emergen al roce de la lectura y, si es posible, que de alguna sutil manera algo del texto se incorpore a mi forma de ver el mundo. Ya sé que esto es esperar mucho, pero por esperar que no quede.

 

La sinopsis es la puerta de entrada de toda historia. Cuando me dispuse a leerla, encontré una frase impactante: «Solo se ama de verdad lo que se puede perder, aquello que te puede destruir«.

  • ¿Qué significa para ti esta frase? ¿Y para la historia?

Esta frase, que pronuncia el enigmático personaje de Alcides a mitad del relato y que se vuelve a repetir al final, funciona como el verdadero lema de la historia. Creo que la frase resume el sentido de esa permanente pérdida y búsqueda que identifica a casi todos los personajes.

La idea de pérdida (y búsqueda) es la que está en el origen de la idea de escribir esta novela.

Es la búsqueda de un cuadro, un objeto físico que significa diferentes cosas para unos y otros; pero también es la búsqueda de la propia identidad de los personajes: de Sara, esa chica a la que de pequeña le quitaron su propia luz; de Alejandro, un hombre perdido en su propia imposibilidad de distinguir entre el objeto deseado (Sara) y su propio deseo; Gonzalo, personaje domado por su incapacidad para revelarse contra una vida gris…

Hay otra frase significativa en el relato: Sara le comenta a Julia, la galerista, que lo que quiere pintar es lo que no se ve. Julia le responde que no se puede pintar lo que no se ve, pero esta le replica que no, que es precisamente lo que no se ve lo único que se debería pintar.

La idea de lo invisible flota alrededor de Sara y su pintura como una necesidad de encontrar la esencia de lo que uno es y de lo que es lo que uno ama.

 

Según he leído en valoraciones previas, te gusta mucho jugar con las metáforas y con la narración en sí misma para ir conversando con el lector. Es decir, haces de la narrativa una de tus principales herramientas (mientras otros quizás hacen más uso de la acción u otros recursos). Esta narrativa forma parte también de ti, no solo porque necesitas escribir desde muy temprana edad, sino porque al expresarte, he notado cómo das formas a las palabras. En tu blog, un lugar en donde nos regalas de forma generosa mucha más información acerca del libro, escribes mucho y por ejemplo, he encontrado otra frase extraordinaria con la cual comulgo: «Escribir algo es dejar de escribir todo lo demás«. Creo que el lector puede ya empezar a entrever ante qué tipo de escritor está. Pero al hilo de esta frase…

  • ¿Qué ha dejado Jose Luis por escribir en esta novela?

Sí, esto forma parte de la vieja disyuntiva de que al elegir algo dejas muchas otras cosas. Al escribir esta historia, en cada una de sus páginas, he dejado de escribir cientos de matices, de giros argumentales, de sucesos que les podrían haber acontecido a los personajes. Las historias cobran su propio pulso mientras las estás escribiendo, hasta que llega un momento en que quizá ya no es el autor el que elige, sino la propia historia.

A mí me parece que las historias solo existen en el justo momento en que alguien las lee y que si un mismo lector vuelve a leer la misma historia, esta ya no es la misma historia, imperceptiblemente algo ha cambiado en ella porque algo también ha cambiado en el lector, como decía Heráclito: «No podemos leernos dos veces en la misma historia.»

Esto lo podemos trasladar al momento de pensarla, de escribirla y de corregirla. En muchas ocasiones, retomando la escritura de una escena días después de haberla iniciado, te encuentras con que la dirección de la misma cambia completamente, ya no tiene mucho que ver con el camino que habías iniciado días antes. Las causas de estos cambios son tan indistinguibles que apenas podemos pensar que es nuestra voluntad la que actúa.

Pasa algo parecido con la corrección. Nunca tiene mucho que ver el resultado final de corregir y quitar texto sobrante de la historia con cómo era ese texto a medida que se escribía. Yo siempre pienso que cómo puedo estar seguro de que lo que he cambiado en una historia es mejor que lo que ya había. La verdad es que solo la intuición y la propia experiencia lectora, salvo errores burdos y visibles, puede regir estos cambios. De estas múltiples formas se cumple la teoría que expresa la frase de mi web.

En el libro,

Praga tiene un lugar protagonista. Por todos es sabido el encanto que ostenta esta ciudad y que tú sin duda, has sabido utilizar para el argumento.

  • ¿Has visitado Praga? ¿Cuáles son tus lugares favoritos de la ciudad?¿Aparecen algunos de estos en tu libro?

Soy un enamorado de Praga y, en este amor, se reproduce lo que antes comentábamos sobre la imposibilidad de realmente hacer coincidir el objeto deseado con tu deseo. Los que visitamos Praga, o cualquier otra ciudad, solo podemos acceder a su decorado, a su puesta en escena para los turistas, pero nunca podemos transitar por sus calles sintiéndonos parte de ellas, captando su esencia. Es la gran diferencia que hay entre turista y viajero. Para ser viajero necesitas otro ritmo, otra forma de estar en los lugares. Desde hace tiempo tengo la idea de pasar una temporada larga en la ciudad, alojado fuera de la ciudad vieja para ir a pasearla por las noches y encontrarme con el fantasma de Kafka que tras irse de farra, a las cinco de la mañana llega a su casa de la calle Celetná…

Para conocer un poco Praga, además de las veces que la he visitado, he tenido el placer de leer mucho sobre ella; sobre su historia, sus leyendas. Hay tres libros que para mí han sido como quedarme a vivir en Praga: Praga mágica, del inolvidable Angelo María Ripellino, Toda la belleza del mundo, del gran poeta checo Jaroslav Seifert, y Praga en tiempos de Kafka, de la también desaparecida Patrizia Runfola. De estos magníficos libros he sacado las leyendas e historias que utilizo en la novela.

En cuanto a mi lugar preferido de Praga, lo cierto es que en realidad son varios, pero, por nombrar uno de los que aparecen en la historia, yo nombraría el viejo cementerio judío. Estar allí y pensar en los siglos y siglos apilados en las tumbas que parecen emerger de un mar de tierra es una experiencia increíblemente intensa.

Vendrá la muerte y tendrá tu rostro

 

Vendrá la muerte y tendrá tu rostro también tiene mucho de arte, de literatura y de música. De hecho, el propio título es un juego de palabras con el verso del poema de Cesare Pavese, «vendrá la muerte y tendrá tus ojos».

  • ¿Puedes nombrar algún libro, cuadro y canción que aparezcan en el libro y decirnos el por qué?

Aparecen bastantes citas a libros, cuadros y canciones en la novela, algunos de ellos con un sentido plenamente diegético y otros como aportaciones para completar la personalidad de algún personaje.

Como libro podría nombrar dos, y perdón por autocitarme, es Cuentos para Sara y otras princesas, un libro de relatos que escribí hace años en el que uno de sus cuentos, Sobre lo que tú eres, tiene una relación muy directa con el desenlace de la novela y la ciudad de Praga. Otro libro muy importante en la trama es Milena, de Margarete Buber Neumann, donde se habla de la impresionante Milena Jesenská, mujer que destaca por muchísimas más cosas que por su relación con Kafka.

Entre los cuadros que se citan o aparecen en el texto, yo citaría Beata Beatrix. Es una obra un tanto fetiche para mí, por lo que transmite y por la relación que hubo entre la modelo, Elizabeth Siddal, que también debería ser conocida más por su poesía, y el pintor Dante Gabriel Rossetti.

Y como canción, de las muchas que aparecen en la historia voy a nombrar una que no aparece por ningún lado, pero que, justamente ayer, me he dado cuenta de que es la que impregna todo el relato. Se trata de Se dejaba llevar por ti, de Antonio Vega. Esta canción, que comienza con el maravilloso verso “Azul, líneas en el mar”, podría describir la historia entre Sara y Alejandro, no solo por el color, azul, sino porque en el fondo, el personaje de Alejandro y el del cantante podrían ser fácilmente intercambiables.

 

La publicación de Vendrá la muerte y tendrá tu rostro hace que esta sea tu ópera prima en cuanto a novela, pero no en cuento a libro, ya que has coqueteado previamente con relatos y poesías. Esto te hace ya tener cierto bagaje para contestar a la siguiente pregunta:

  •  

¿Qué es más importante para ti en una historia: una buena trama, una narrativa exquisita o una magnífica ambientación? Sé que lo más adecuado sería que hubiese algo de cada cosa, pero mójate y elige solo una.

Como hemos hablado antes, lo que yo busco en cualquier historia es que me conmueva. No hay un único modo de conseguir esto, intervienen múltiples elementos que, según la obra y el momento de leerla, pueden cobrar mayor o menor importancia.

Dicho esto me voy a mojar como me pides y me decanto por la narrativa (que no tiene que ser exquisita, pero sí lo suficientemente elaborada para recrear la trama de una forma adecuada). Cuando digo narrativa no me refiero solo a la forma en que está redactado el texto, sino a que utilice de manera correcta aquellos recursos que la narrativa pone a nuestra disposición para contar una historia de una manera determinada que la muestre tal y cómo el autor tenía intención de expresar. Creo que la urdimbre de la trama es también un elemento imprescindible porque aunque todas las historias están ya contadas, es la forma de construir el relato y expresarlo lo que las diferencian.

 

Al principio de la entrevista, he comentado por qué surgió la idea de este libro a grandes rasgos. Un amigo en COU te regaló un cuadro que te ha acompañado durante muchos años y ha inspirado de alguna manera, el argumento de esta novela. Tú mismo has dicho en alguna ocasión, que el cuadro de la vela, como así te gusta llamarle, es una alegoría de la búsqueda.

  • ¿Sigue Jose Luis buscando algo? ¿Busca también nuevos proyectos literarios en los cuales embarcarse?

Sí, claro que sigo buscando algo. En el momento que dejamos de buscar, dejamos de vivir, de la misma forma que, de alguna manera, en el momento que encontramos lo que buscamos, lo perdemos, porque lo que importa siempre es la búsqueda, no tanto el encuentro. Creo que con los años se aprende a saber lo que no buscas, más que lo que buscas.

Como se puede comprobar por el tiempo que tardé en concluir la idea de Vendrá la muerte y tendrá tu rostro, soy bastante lento en llevar a cabo mis proyectos literarios. Desde hace más de un año tengo en la cabeza el bosquejo de una historia: un escritor pasea por las calles buscando entre la gente que se cruza personajes para su nueva novela… Veremos en qué acaba esto.

Como más cercano, estoy trabajando en la reedición de los dos libros de relatos, Cuentos para Sara y otras princesas y Entrepuertas y escaleras y la conclusión de los relatos que voy publicando en Mi nombre sin nombre para su edición en papel.

Tengo otro proyecto sin concluir, a la espera de una solución final. Se trata de un experimento que realizamos entre una escritora venezolana y yo. Cada día, ella en su país y yo en el mío, de forma simultánea, a la misma hora, según el horario de cada cuál, escribíamos de forma automática cinco minutos, sin ningún tipo de planteamiento ni corrección. Tras esto contrastábamos los textos y elegíamos un título que los uniera.

Fue muy interesante comprobar cómo poco a poco los textos iban teniendo mayor relación entre ellos. Veremos si algún día acordamos la forma definitiva en que se puedan publicar.

Muchas gracias, Jose Luis, por responder a mis preguntas y hacernos un hueco en esta espacio literario: Canal Literatura.

Muchas gracias a ti, Eva, por la oportunidad de explicar cosas que normalmente son difíciles de transmitir. No obstante todo lo dicho, quiero volver a resaltar que, según mi parecer, cualquier texto pertenece solo al que lo está leyendo. El lector es el dueño de lo que allí se dice y la única interpretación válida es la que él hace del texto, por mucho que el autor tuviera unas intenciones u otras. Siendo esto así, solo les deseo a los lectores que disfruten con la historia que construyan cuando lean esta novela.

Podéis encontrar Vendrá la muerte y tendrá tus ojos en Librerías París-Valencia, la web del escritor y Amazon.

La Reina Lectora

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