Dos poemas. Por David Martínez Garrido

 

Formentera

Copas coloreadas de espuma desbordante

bañando su cuerpo, batiendo las alas

sobre aguas azules que espejean.

Luz dorada ascendiendo por sus piernas

y su exquisita belleza, tiñéndola, poco a poco

de un amarillo oscuro, volcánico.

Y yo, ensimismado, volando de un éxtasis a otro

hasta que, en un instante, me pregunto

cómo diablos se desabrochará un trikini.

 

 

El peligroso

Olvida todo de un día para otro,

nunca llega a mañana.

Jamás paga sus deudas,

prefiere olvidarlas.

No tiene medida, es un festín continuo

de adicciones perversas.

Asume todas los vicios que pasan

pero ninguno le destruye

(total, ya está destruido).

Este hombre se las sabe todas,

pero nunca aprende.

 

David Martínez Garrido

 

 

 

David Martínez Garrido

Farmacéutico de profesión. Ha publicado relatos y poemas en Letralia, Entropía, El coloquio de los perros, Excodra y Margen Cero. También ha sido articulista de carreras de caballos en TodoTurf. Actualmente escribe reseñas de libros en Culturamas.

5 comentarios:

  1. Elena Marqués

    Hoy nos regalas un contraste: toda la luz de las islas y la complicada frivolidad de desabrochar un trikini junto a la oscuridad del mendigo. Sabia la observación última: se las sabe todas pero nunca aprende.
    Un abrazo.

  2. Dos diferentes propuestas. He de decirte que la primera me ha arrancado una sonrísa; me ha sorprendido el juego inesperado en el que concluyen las líneas. En la segunda, de acuerdo con Elena, también opino que tiene un gran final.

    Gracias David. Un abrazo.

  3. Cuántos habrá que la belleza de la naturaleza no los distrae de la otra: la humana. Ingenioso. Nunca me había preguntado cómo se desabrocha un trikini.

    En «El peligroso» opino como Elena y Amelia. El final es genial. Un beso, David.

  4. Precioso. Con mucho sentimiento aunque ligeramente caótico. No estar unidos no quiere decir que tengas que hacerlas desaparecer, seria como un comportamiento poético infantil.

  5. Patricia Archa

    Bella descripción de Formentera, si cierras los ojos y dejas la mente en blanco, notas el viento mecer la melena, huele a salitre y te sientes a la orilla de una cala, eso si, para terminar con un toque entre «pillo y gracioso» del trikini.
    Y no se si este autor sabrá desabrochar un trikini pero hay algún@s q son incapaces. 🙂 🙂
    Muy bueno!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *