Pero duele,
porque la pena de verdad, la herida,
la que habita en raíces, la que sangra
desde el amanecer hasta las sombras,
oculta está…
Antonia Álvarez Álvarez, Donde la nieve
Pero hoy,
recorre savia nueva los rosales,
canta el agua fluyendo de las fuentes.
Está el alma en quietud
porque unas manos
cosieron con ternura las heridas.
Porque, en la tarde,
invoqué tu luz, y regresaste,
con los ojos cargados de esperanza…
Ángel V. Díez Álvarez
Hermosísimos versos con los que pareces curar la herida que la cita de Antonia Álvarez refleja. Dos poetas que se complementan con la palabra.
Un abrazo.