En tus labios encuentro
un hogar para el tacto de la noche
y un refugio de mundos invisibles
que me llevan por calles escondidas.
Soy tu espejo sensual encaramado
a la línea del vértigo,
en la ciudad que sueña la belleza.
El mago nos defiende de la aurora
y nos presenta siempre cuando llueve
el murmullo de un ciclo sólo nuestro…
Ana Muela Sopeña
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