Un sol tomate. Por Máximo González Granado

 Un sol tomate

 

sol tomate

Salimos a mirar el cielo, a ver qué tiempo hace. Si el día es claro y soleado les pinto un rotundo sol en la esquina superior izquierda de la pizarra. Pero siempre trato de que no sea un sol cualquiera, sino un sol innovador, simpático, diferente. Y como ellos ya conocen mis tendencias y participan de ellas, empiezan a gritar con mucho énfasis sus preferencias: «Pinta un sol pirata maestro, no, no, un sol payaso, no, un sol pulpo, eso, eso, un sol pulpo…» y así durante un buen rato me van haciendo sugerencias. Pero a mi, que me gusta sorprenderles y jugar a imaginar con ellos, se me va formando en la cabeza un inesperado y sorprendente «sol tomate». Y en la esquina superior de la pizarra les pinto un rojo y orondo sol tomate y ellos se quedan muy callados y sorprendidos. Y les cuento que un día soñé que el buen sol se convertía en un gigantesco tomate muy caliente, y que tanto calor no pudo resistir aquella vegetal estrella y finalmente explotó o más bien reventó y se produjo entonces una intensa y prolongada lluvia de jugo de tomate que inundó las ciudades de la tierra y entomató a niños y adultos y formó charcos de zumo de tomate en los que los niños chapoteaban felices. Se quedan muy callados durante un par de segundos y luego estallan las risas y los golpes en las mesas y el alboroto de pies alocados machacando los imaginarios charcos de pulpa de tomate que se han ido formando en el suelo de la clase. Dejar que mi imaginación se mezcle y confabule con la de ellos es uno de mis mayores placeres.

Máximo González Granado

Blog del autor

maxigonzado

Segundo Premio Certamen Poemas sin Rostro 2016

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