Capiteles de San Juan de Duero. Por Juan A. Galisteo Luque

CAPITELES DE SAN JUAN DE DUERO

Figuras de sombras que dejáis desiertos
esos capiteles, allí junto al río;
¡no olvidéis al Duero y a su espejo frío
llevando en sus aguas a los troncos muertos!
Sabed que no moran fantasmas despiertos
junto a esos los pilares las noches de estío;
allí por el puente, hacia el mar bravío,
se fueron llorando con pena y lamentos.
Bellos capiteles que ornáis para Soria
el paisaje hermoso de un cielo entre muros,
¡dejáis entre ruinas viva la memoria!
Llamad a la lluvia y a los vientos puros,
y limpiad de huellas momentos de gloria
si tan solo fueron vestigios oscuros.
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Juan A. Galisteo Luque

Capiteles de San Juan de Duero

(c) – Juan Antonio Galisteo Luque

Poemas 2016 y Blog del autor

4 comentarios:

  1. Ojalá, querido Amigo, la lluvia serena y cristalina y los vientos puros fueran capaces por sí mismos de arrancar de los ecos y faldones de la tierra las huellas de la oscuridad. Con estos versos, Soria debe estar orgullosa.
    Un «berso», Poeta 😉

    • Bueno muchas gracias chavalota. Fue un día que decidí ir a Soria, ver sus alrededores como Calatañazor, El cañón del lobo, La laguna negra y ya en la capital visitar ese olmo viejo, que Machado inmortalizó con sus versos; la tumba de Leonor, el paseo de San Saturio y por último, estos capiteles de San Juan de Duero, que a la orilla del río le dan a la ciudad, ese misterio y ese esplendor que se merece.
      La verdad es que Soria me encantó por todo lo mágico y cultural que encierra, incluído su paisaje tan extenso de pinares.

      Os envío un beso y un abrazo grande amiga.

  2. Sabor clásico en este poema que se ciñe magníficamente a la impresión de los capiteles en el paseante.
    Imposible visitar Soria y abandonarla sin inspiración poética. A mí me encantó en su día; de igual modo me ha encantado este poema.

    Un abrazo afectuoso.

    • Así es Soria, una ciudad cultural, con su café literario en el centro, figuras de homenaje a Antonio Machado y a Gerardo Diego, su sucesor como académico y también miembro de la generación del 27. También la joven Leonor sigue presente allí en el recuerdo, como si no hubiese pasado el tiempo con su peinado típico de la época. Una visita entrañable muy recomendable no solo para los que sentimos la poesía; para todo el mundo.

      Muchas gracias Amelia por tus palabras. Te envío un abrazo.

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