Seamos quijotes. Por Ramón Alcaraz

Seamos quijotes

23 de abril, Día del Libro, con el que conmemoramos cada año el fallecimiento de William Shakespeare y Miguel de Cervantes.

Cervantes está considerado el inventor de la novela moderna. Hoy, ninguna gran editorial le publicaría su Quijote, porque los “grandes ventas” de la época eran los libros de caballería, que “enloquecían” a las masas y las llenaban de tópicos y estereotipos, de aguerridos galanes salvadores y de débiles féminas que necesitaban ser salvadas. Y precisamente el Quijote se ríe de todo eso y Cervantes crea la figura del antihéroe, incapaz de salvar a nadie (ni quizá tampoco nadie lo necesitaba), pero con una enorme voluntad de luchar contra las injusticias y de dejarnos, al menos, un mundo mejor.

Seamos quijotes

No, hoy ninguna gran editorial habría publicado el Quijote, porque las grandes editoriales ya no apuestan, no arriesgan, no aprecian la buena Literatura y al mando de los timones ponen a empresarios, ejecutivos y tecnócratas que a lo máximo que aspiran leyendo es a valorar cuentas de resultados. No, ya no existen esos cazatalentos que lograron en los años 60 el llamado Boom de la Literatura Latinoamericana, reconociendo el valor de grandes autores (García Márquez, Isabel Allende, Vargas Llosa, Clarice Lispector, Carlos Fuentes, Elena Garro, Julio Cortázar y un largo etcétera que siguen vendiendo libros en todo el mundo: es lo bueno de valorarlos por letras, no por números…). Autores que innovaban, que se salían de lo establecido, que ofrecían lo diferente; que esa es la esencia de todo arte…

No, ya no tenemos verdaderos editores, agentes y cazatalentos como fueron Carmen Balcells, Esther Tusquets, Carlos Barral, Jorge Herralde, Ricardo Rodrigo…; y por eso las grandes editoriales deambulan como “pollos sin cabeza” aferrándose a nombres o a temas de moda para sacar rentabilidad a muy corto plazo sin entender que la Literatura, la Literatura con mayúsculas, no sabe de plazos ni de modas ni de cuentas de resultados.

No, hoy el Quijote, como cualquier libro innovador, fuera de tendencias, se habría quedado deambulando sin encontrar lectores, ninguneado por esa gente que cobra un dineral cada mes anteponiendo los números a las letras, el beneficio seguro a corto plazo en lugar de aportar a largo y abrir puertas a tantas grandes obras que quedan en el olvido.

Seamos quijotes, seamos antihéroes contra estos gigantes de la industria editorial; que no son gigantes, que son molinos movidos por otros vientos ajenos a nuestra esencia de escritores. Y es que, pese a todo, los quijotes también ganan batallas.

Feliz Día del Libro.
Feliz Día de la Imaginación.

 

Ramón Alcaraz García.

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