La siesta se desperezaba bajo un cielo verdiazul de enero. El camino, como un viejo mensajero, traía y llevaba alguno que otro vecino, además de viento.
Era una siesta, calurosa como todas las del norte. Seguramente el perro pensaba lo mismo puesto que dormitaba bajo la mesa del patio.
Fue en ese verano del 1944 que sucedió todo. (más…)
Entró al supermercado, como otros sábados, ya avanzada la tarde, y respiró con placer el fresco aire climatizado que la envolvió desde su ingreso al gigantesco edificio. Tomó un carro de los más grandes y dudó si le alcanzaría para toda la mercadería, porque haría compras para una semana entera. (más…)
Varano: m. Gran reptil saurio del grupo de los lagartos, de patas cortas, cuello largo y lengua bífida: los varanos son carnívoros y carroñeros.
Pocos saben que a pocos metros de la Mezquita de Córdoba, bajo la plaza de Benavente, frente al Hospital del Buen Pastor, está todo hueco. (más…)
Por fin estamos frente a frente. Tú, sí, tú, no esquives mi mirada. No te dejaré escapar. No finjas estar sorprendido. He venido a exigirte una explicación por haber destrozado mi vida. Intentaste despojarme de todo lo que más quería en este mundo. (más…)
El tedio había invadido a los habitantes del Paraíso, los días de la alegre y estrecha convivencia, quedaban atrás… muy atrás. (más…)
Biiip-biiip-biiip
Mmm, ¿quién será el imbécil que llama a estas horas? Y qué sonido tan estúpido para un móvil. Ah, es la alarma. Pero si son las seis y media. El mundo no existe a estas horas. ¿Por qué puse una tan rara? Ya recuerdo. Me revuelvo y toco suavemente a Rosa, a mi lado, recordando que sus despertares no son precisamente muy alegres. (más…)
Todos saben que no hay ningún destino tan indudable como la muerte, futuro nunca deseado y siempre temido por todos los que ansían lograr la felicidad, (más…)
¿Qué es la vida? La humanidad ha dado todo tipo de respuestas para mí no es más que el tránsito entre dos certezas (nacer y morir), haz lo que quieras, piensa lo que te dé la gana, pero has nacido y al final morirás, el resto no importa. (más…)
Acaricio, rasgando suavemente el cobertor de la mesa, me llama la cama. Me alegro tanto de que me hayáis traído de vuelta a casa. (más…)
Hubo magia entre nosotros y ésta desencadenó, como no podía ser de otra manera, una cascada de fantasías. Soñadas con alevosía para romper los estrechos marcos de la prosaica y limitada “realidad”. Fantasías tan reales, al fin y al cabo, que inducen estados de ánimo, que entusiasman y liberan, que estremecen y hasta se llegan a somatizar. (más…)
En homenaje a mi padre y a mi abuelo Santiago.
Me encuentro al comienzo de redactar esta carta sentado en mi lecho de muerte, con la sesera pegada a la empapelada pared, (más…)
A Margarita Rivas, porque cree en mí.
Abrió los ojos y sólo pudo distinguir un túnel negro sin final. Se quedó inmóvil sin atreverse a cambiar de posición, como cuando uno se despierta en medio de una pesadilla. Tardó algunos instantes en descubrir que aquella oscuridad no escapaba de su cerebro. (más…)
Había una isla en medio del océano donde habitaba toda la fauna conocida. Tenían su ley y su rey; el león, él dirigía el orden de aquel paraíso procurando que hubiera buena armonía entre todos los animalejos. (más…)
De pequeñito, cuando los niños a quienes consideraba mis amigos se zarandeaban entre ellos y las niñas se susurraban secretos al oído, yo ya sabía lo que quería ser de mayor: un escritor fracasado. (más…)
Él entró, penetró en la oficina con las facciones encajadas y el rictus del cadáver que camina. Un metro noventa de músculo resentido cubierto con un trescuartos de cuero negro, tan negro como su ausente mirada. (más…)