Con sentido Critico

 

Con el alma cincelada por el Amor

Inmaculada Sánchez Ramos

 

Difícil, muy difícil resulta resaltar algo, sólo algo de Juan Pablo II.

Durante estos días se ha escrito mucho, se ha dicho extensamente, se ha manifestado, de las más variadas formas, el dolor por su pérdida. Sólo hace falta navegar por Internet para leer testimonios de personas de toda índole. Unos ponen el énfasis en su capacidad de sintonizar con los jóvenes, otros ponen el énfasis en su firmeza, entereza y constancia, en subrayar la fuerza moral de quién no se ha dejado dominar ni abatir.

Es complejo saber qué destacar, las ideas se aglutinan en la mente al mismo paso que el nudo en la garganta por su fallecimiento, pero, en todo caso, se siente la necesidad, casi vital, de agradecer.

Nos proveyó de valores, nos enseñó la importancia de pedir perdón, no enseño el diálogo honesto y desde lo profundo del propio ser, con las otras religiones; combino, a la perfección, el entrañable cariño a su patria - sin caer en la mirada corta y reduccionista de los nacionalismos- con el amor a toda la humanidad. Fue auténtico, y es precisamente esa autenticidad la que arrastró a los jóvenes. No los engañó, los atrajo con un mensaje veraz pero exigente, con un mensaje que no les regala los oídos y éstos le han respondido con sinceridad, con amistad, con gratitud. Él era coherente, vivió como dijo y dijo como creyó. Defendió la libertad  y defendió la vida. Se esforzó hasta el máximo, no sólo dio sino que se dio.

No resulta extraño esa estremecedora respuesta, esa respuesta desbordante de la que hemos sido testigos. No resulta extraño que se haya llevado a cabo la mayor manifestación no convocada, jamás ocurrida.

Difícil, muy difícil resulta resaltar algo, sólo algo de Juan Pablo II. Destacar sólo alguna faceta de esa persona inabarcable, de esa personalidad rebosante de amor. Y quizá....., quizá ahí se encuentra el secreto, él cinceló su alma con el Amor, con ese Amor con mayúsculas que es la fuente de la felicidad e ilumina todos nuestros pasos.


 

Publicado en: 2005-04-18

 

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