Finalistas del VII Certamen de Narrativa Breve del Canal Literatura  2010
 
 

 

Felisa Moreno Ortega

Seudónimo: RobertaB

 

 

 

Alcaudete -Jaén (España)

Relato nº 27

Título:El vecino del quinto.

 

 Un certamen puede ser adictivo,  a las pruebas me remito; es la cuarta vez que participo y la tercera que quedo finalista. En estos años que llevo escribiendo, que aún no llegan a cinco, he enviado mis obras a muchos concursos literarios. Algunos he ganado; en otros he quedado finalista; en la mayoría mis relatos pasaron desapercibidos. A ninguno le profeso esta fidelidad absoluta que me lleva a reservar cada año uno de mis mejores relatos para presentarlo en la convocatoria  correspondiente.

 

 

El certamen de Canal Literatura tiene componentes que lo diferencian de los demás: la posibilidad de leer todos los relatos participantes, de comentarlos, de interactuar con el resto de escritores y lectores, la entrega de premios...  Más que un concurso, es un lugar de encuentro. No es de extrañar, pues, que otros escritores estén tan enganchados como yo, no hay más que echar un vistazo a los finalistas de los últimos años, más de uno somos reincidentes.

Ah, casi lo olvidaba, he de contar algo sobre mí.  Nací en Alcaudete (Jaén), concretamente en una pequeña aldea llamada Noguerones, un día de intensa lluvia. Ese mismo año, el hombre llegó a la luna. Me gusta leer, escribir y disfrutar de mi familia, no siempre en este orden. Estudié Empresariales y trabajo en Desarrollo Local desde que me acuerdo, aunque quiero ser escritora y, a ser posible, vivir de mis letras, algo muy complicado, casi imposible. He ganado algunos premios y menciones en certámenes nacionales e internacionales. Eso ha provocado que mis relatos se puedan leer en más de una veintena de antologías de España y México. En el año 2009 publiqué mi primera novela, “La asesina de los ojos bondadosos”, que tantas alegrías y satisfacciones me ha dado. En septiembre de este año saldrá mi nuevo libro, una recopilación de mis mejores relatos titulado “Trece cuentos inquietantes”, que publicará la Editorial Hipálage.

En mi horizonte literario se atisban otros proyectos que alimentan mi sueño, El sueño de las palabras,  que también es el nombre  de mi blog:

https://felisamorenoortega.blogspot.com/ 

Ah, casi lo olvidaba, quiero aprovechar para dar las gracias a todos aquellos que han leído, comentado y/o votado mi relato, para mí, ese es el verdadero premio. Roberta B. les está muy agradecida.

 

 

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Lucia Rodríguez Mourazos

Seudónimo: Safo
 

 

La Coruña (España)

Relato nº 33

Título: Bajo el super

 

Mi padre, que es muy práctico y tiene cuatro hijas, escogió para mi el nombre que compartía día en el santoral con el de mi madre Otilia.Ya mi hermana mayor se llamaba como ella y así en una sola fecha recordaba tres santos, que no estaban los tiempos para malgastar ni en memoria. Las otras dos hemanas, gemelas, también compartieron santo para convertir el lote en un dos por uno completo. Pues bien, yo, que niego la evidencia de ser calcada a él, también soy práctica, tanto que me gusta escribir “cacheando las palabras” para sacarles todo lo que lleven encima y aprovecharlas al máximo, como la vida.


 

Para conocerme basta saber que paso los días rodeada de mar, amigos, mimos, familia, trabajo y risas ... y del resto de las cosas que llenan cualquier vida y que no nos cansamos de repetir, así que, por esta vez, las dejaré estar. Soy de esas personas tan afortunadas que solo desea que le dejen como está y, aun así, siento que siempre recibo a cambio algo más de lo que doy, por eso, no me canso de dar.

 

Las Pléyades ya se esconden, la luna también, y media la noche, las horas pasan, y voy a acostarme sola.” decía SAFO la de verdad, a la que tomé prestado el nombre para usarlo de pseudónimo, en uno de sus poemas. Y así me sentiré yo en esa noche de septiembre en la que todos os reunáis para celebrar. Mi último pensamiento antes de dormir será para vosotros y tan solo echaré de menos estar ahí.

 

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David Rotger Llinàs

Seudónimo: Edward Teach


 

Palma de Mallorca (España)

 

Relato nº 86

Título: El primer día de mi nueva vida.

 

 

Nací en el siglo pasado, en tiempos de la peseta (quizás es prematuro pero algún día lo dirán así), hace ahora 49 años. En mi Mallorca natal ha transcurrido toda mi vida con la excepción de breves salidas al exterior en las que he visitado casi todos los continentes.

Como decía el capitán Tan, nombre que sólo reconocerán los de mi generación, “en mis viajes por todo lo largo y ancho de este mundo”, junto a mis vivencias en la isla, mi profesión de sargento de bomberos, mis aficiones como el buceo y la navegación y en gran medida mi – a veces pienso que preocupante – obsesiva afición a la lectura, han construido la persona que soy y que de alguna manera proyecto en lo que escribo.

Mis primeras incursiones en esto de escribir estuvieron vinculadas a la profesión de bombero y a mi formación como psicólogo: el estrés en las emergencias, el miedo, la formación y el entrenamiento de los bomberos eran los temas que me apasionaban y sobre los que escribí artículos técnicos en publicaciones profesionales. El salto hacia la novela lo di gracias a, o por culpa de, un compañero de profesión quien, postrado en la cama por un accidente, me contaba ilusionado su intención de escribir una novela y a quien yo bombardeé con un montón de consejos. Al salir de su casa empezó a germinar en mi mente la idea de seguir esos mismos consejos, consejos que tenían una débil base intuitiva. Hoy han transcurrido cuatro años desde que me interné en los foros de Internet en busca de una información inicial y, a estas alturas, llevo escritas dos novelas. Acabada la segunda conseguí que la agencia literaria Antonia Kerrigan, de Barcelona, se interesara por una de ellas aunque con los tiempos que corren no sé si llegaré a publicar. Un buen amigo me dijo que sería más fácil obtener el interés de una editorial si fuera un habitual de las portadas de la prensa rosa, independientemente de la calidad de mi trabajo, pero entonces no me interesaría porque no sería yo. Este es mi “viaje a Ítaca”[1] y no me importa lo que dure, en realidad no tengo ningún interés por concluirlo.

 

No se por qué me gusta contar historias, sólo sé que un día empecé a hacerlo y me apasionó. Además pienso que a todos los escritores nos acompaña la necesidad de que se nos valore y cuando me informaron de que era finalista de este certamen, os aseguro que fue un gran día.


[1] Poema de Konstantínos Kaváfis.


 


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Jorge Isaac Romero Polanco

Seudónimo: Hara Kei

 

Tolima (Colombia)

Relato nº 93

Título: Seis balas

Génesis en Bogotá-Colombia (1976). Estudios universitarios en diseño y publicidad. Pasión: La literatura.

Uso gafas porque nunca escuché los consejos de mi mamá cuando me advertía sobre las consecuencias de leer hasta altas horas de la noche. Tenía once años y leía ¨La Ilíada¨, ¨La Odisea¨, ¨La Eneida¨, ¨Ivanhoe¨, ¨El Paraíso Perdido¨, ¨Ben Hur¨ y cualquier libro que me transportara a un mundo de héroes y epopeyas. La literatura era lo de menos, a mí me interesaban los duelos, las hazañas, la sangre épicamente derramada. Lo concerniente al drama de Helena y París y las disyuntivas de Príamo, Héctor, Ulises, Zeus y compañía etc., constituía para mí la parte ¨aburridora¨ de las obras.

   

Decía la sabiduría popular (al referirse a los métodos educativos de antaño): ¨La letra con sangre entra¨, pues bien, a mí me entró a través de la sangre de los héroes, permeada por mi febril imaginación infantil. Luego llegó la inevitable adolescencia y la vocación literaria casi se me ahoga en un mar de noches bohemias y persecuciones infructuosas a las divas-niñas de mi barrio y colegio. Sí, aquellos maravillosos y brevísimos años de ¨el futuro no me importa¨ y ¨no entiendo a mis padres pero ellos pagan todo¨.

En la universidad retomé un poco las letras y por ahí gané un concurso local (participamos apenas veinte personas) con un trabajo, si mal no recuerdo, bastante regular; una especie de poesía-relato erótico. Me dan escalofríos de intentar recordar lo que escribí. Pero bueno, el punto es que después de gastarme el dinero del premio en una fiesta, me alejé de la lectura y no volví a escribir nada. Hasta hace año y medio, cuando falleció mi madre. Algo emergió de los pedazos en los que se había fragmentado mi vida, una idea, una vocación que quizá siempre estuvo en mí, como si fuera un rasgo más de mi carácter. Quise escribir en su memoria, rendirle tributo, contarle al mundo su historia. Y pues lo primero que hice fue retomar el hábito de la lectura, gastarme parte de los ahorros en un portátil e inscribirme en un taller de escritura creativa (RENATA, Ibagué). Ahora mi madre vive en mis recuerdos y he convertido al ordenador en una alcancía en la que deposito las ideas.

Y aquí estoy, a mis 33 años: intento de escritor, filósofo intermitente y nuevo padre de familia asustado. Mucho gusto en conocerlos. Pasen, por favor.


Ganador del Premio Especial del Público 2010
 


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María Victoria Trigo Bello

Seudónimo: Radiquero


 

La Joyosa- Zaragoza (España)

Relato nº 115

Título: El Mirto

 

 

 

Nací en Zaragoza en 1959. Por parte de madre, mi infancia fue de calcetines de ganchillo y puré hecho con amor. Por parte de padre, de cuentos que cada noche improvisaba para mí, protagonizados por una niña llamada Josefina que me acompañaba hasta que el sueño la barría de mi almohada.

 Cuando nació mi hija, comencé a escribir historias para ella. Algunas de esas historias presentadas en folios grapados rebasaron el entorno familiar para llegar a otros lectores en publicaciones de colectivos culturales.

 

         Esos trabajos creados con ingenuidad y atrevimiento de autodidacta fueron las líneas y páginas que, con nociones aprendidas en talleres de escritores y, sobre todo con la perseverancia, desembocaron en realidades más sólidas que en algunos ámbitos me valieron el calificativo de escritora, el cual procuro merecer desde ese teclado de mi ordenador, que a veces se me antoja un telar en el que tramar hilos, una cuerda que sirve tanto para huir de una celda como para soga hambrienta de cuello. 

De vez en cuando recibo algún reconocimiento en concursos literarios y aunque mi historial hasta la fecha es parco en premios de renombre, cada pequeño triunfo lo interpreto como la confirmación de que no es estéril mi empeño en retar a la inspiración, en hacerla salir a la cancha con regularidad aunque a temporadas ella se obstine en permanecer en el banquillo. 

Creo en el escritor humilde que por encima de circunstancias comerciales o mediáticas se mantiene firme en su oficio, lo ama y lo pule siendo fiel a sí mismo. Creo también en la escritura como pasarela para salvarse de la vulgaridad, para construir la burbuja blindada donde ser un poco más libre y, en consecuencia, más feliz. La escritura es amiga que no traiciona y en este 2010 me hallo en óptima disposición de estrechar el trato con ella. Después de treinta años de trabajo administrativo en una multinacional del automóvil ubicada en Aragón, la picota de una movilidad geográfica con final en el desempleo, puede y debe trocarse en pasaporte al país donde la imaginación no sea perseguida sino incentivada. Mujer que lee, malo. Mujer que lee y escribe, peor. 

Por eso ahora soy mi propia Sherezade para tejer cada noche la historia que me propicie llegar al día siguiente. Y en esa historia llena de historias van aquellos calcetines de ganchillo y aquellos platos de puré, mezclado todo ello con la Josefina que mi padre inventaba cuento a cuento para mí. Y también van las guerras perdidas, las flores envenenadas y cómo no, las esperanzas irrenunciables. 

Me satisface mucho haber llegado con EL MIRTO a esta final de la VII Edición del Concurso de Canal Literatura porque me compromete aún más en la gran aventura de la narrativa. Gracias a los organizadores y un cálido saludo para los finalistas y participantes cuyos trabajos me han brindado buenos momentos como lectora e impagables oportunidades para continuar aprendiendo.


 


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Juan Carlos González Sebastian

Seudónimo: Álvaro Andrés

 Corbera de LLobregat- Barcelona

 (España)

Relato nº 136

Título: Isla Barcelona

 

 

 

Nací, de eso estoy seguro porque me lo dijo mi madre. Ademuz, 1959. Mi madre es mi madre porque así lo acredita un documento oficial que tengo. Jamás se me ocurriría pensar que el documento es falso, si eso fuera cierto, mi vida perdería parte de su sentido. La  vida transcurre ante mis ojos y se escribe siempre en el mismo sentido, mientras yo a veces tomo notas que se convierten en letras ininteligibles cuando las releo.

 

 

 Si no soy capaz de entenderlas, ¿Cómo voy a esperar que alguien lo haga? Pero a pesar de eso escribo.  Podría decir que soy alto, rubio, de ojos azules y que, entre otras asombrosas características psicológicas, tengo un coeficiente intelectual inimaginable.   Podría añadir que he renunciado a todos esos rasgos y facultades para ser uno más y confundirme entre la gente.   Tendría que acabar confesando que las dos últimas frases son mentira y que soy un impostor. Pero si esto es verdad quiere decir que miente el documento oficial cuando acredita que soy quien soy.  Por eso dudo, por eso escribo.

       No tengo ni premios ni currículo con que aderezar estas líneas, sólo acumulo una pila de años que no dan derecho a nada, lo sé porque, a pesar de que siempre que tengo ocasión intento canjearlos, nunca consigo nada a cambio.

 

 

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Juan Oñate Lamas

Seudónimo: Dorotea Reyes

Sant Feliu de Llobregat-Barcelona (España)

Relato nº 169

Título: Reflejos Opacos

 

 

 

 

Nací en Barcelona, en el año 1960. Siempre me ha gustado la literatura y recuerdo, muy especialmente, el verano en que cumplí doce años. Leí unos libros que me sorprendieron y acabaron marcándome enormemente. Empecé a intuir que el entretenimiento en la lectura era una puerta que conducía a nuevos mundos que me revelarían conocimientos de la vida y de mí mismo. El tiempo (y los buenos libros) me lo han confirmado en infinidad de ocasiones.

 

Aunque la literatura ha estado presente a lo largo de mi vida, no ha sido hasta ahora, cuándo he podido dedicarme con mayor empeño a la escritura. Es la primera vez que envío un texto a un concurso. Cuando conocí la convocatoria de Canal Literatura, se me ocurrió elaborar esta historia. Desde hace tiempo pienso en todas aquellas experiencias pasadas que, más o menos veladamente, condicionan nuestros comportamientos actuales. De esta materia nació el relato, narrado desde la protagonista, pero con una invitación abierta a la perspectiva de los otros personajes.  

Gracias por haberme escogido como finalista. Lo he recibido como un gran reconocimiento, que se entremezcla con el afecto que tengo por vuestra tierra, ya que mi padre es murciano. Espero transmitirles personalmente mi agradecimiento el próximo mes de septiembre.

 

 

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Ignacio Fajardo Portera

Seudónimo: Alba Longa

Ignacio Fajardo Portera

 

Zaragoza

Relato nº 181

Título: Laburo, nomás

 

De nuevo me solicitan una breve reseña biográfica ¡y van tres! Como pueden suponer, estoy encantado. Lógicamente los datos básicos son los mismos, así que me repetiré:

 

Nací en Madrid en 1961 donde residí hasta los 22 años. Luego me trasladé a Zaragoza y tras diversas peripecias laborales ahora soy mi propio jefe, lo que no está mal (pese a la crisis). En cuanto a aspectos más íntimos: Estoy casado, tengo dos hijos maravillosos y, quitando algún problemilla de salud, soy… ¡feliz! (ya sé que suena a vulgaridad, pero así son las cosas)          

 

 

  En la parte literaria poco puedo añadir a lo que ya os conté en el concurso poético. Tan sólo añadir que mi andadura en la narrativa es aún más breve que en poesía: Escribí un relato en noviembre del 2009 atendiendo a una invitación para participar en el XXVI certamen de relato breve de la Asociación de mujeres del Picarral (Zaragoza) …y ¡lo gané!

            Por eso después de obtener el premio del público y ser elegido finalista en el certamen de poesía, pensé ¿por qué no probar también con narrativa? Y ya veis, ¡he llegado a la final y casi consigo también el premio del Público!

Por lo tanto no me puedo sentir mejor. ¡Gracias, gracias, gracias… a todos!: A la organización, a los lectores, a los votantes, a los no votantes… y a una que pasaba por aquí y me ha sonreído.

 

Si no ocurre nada raro nos veremos en Murcia el día 4 de septiembre.

 

Un saludo cordial.


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Almudena Bustamante Anibarro

Seudónimo: Fernán Caballero

Guardo-Palencia (España)

 

Relato nº 207

Título:  Cada mañana

 

 

 

 

Nací en Valladolid, una ciudad bonita, aunque traumáticamente cercenada por un urbanismo que ha desdeñado gran parte de su historia. Actualmente vivo en el Norte de Palencia, en la bella Montaña Palentina.

Me gusta escribir, porque escribir es crear. Y nada hay tan bello, tan poderoso, como la capacidad de crear.

Tengo un  par de relatos publicados, como finalista de algún que otro certamen. Ha sido al participar en concursos literarios cuando he constatado el número creciente de aficionados a la pluma, muchos de ellos verdaderos artistas. A todos, compañeros de sueños, os deseo que no perdáis nunca el entusiasmo.

Espero haber calado en el alma de quienes me habéis leído: la emoción de un solo lector ya es, por sí misma, un gran premio.


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Seudónimo: Violeta

Madrid (España)

Relato nº 261

Título:  Cartas desde París

 

Alguien escribió, creo que acertadamente, que en un Certamen de este tipo lo más prudente era no hablar nada de uno mismo, poco de los demás y mucho de los relatos presentados. Tomo ese comentario a modo de excusa para apelar a vuestra imaginación  y dibujar una escena en donde...

Un heterogéneo grupo de personas se ha reunido en el amplio salón del vecino del quinto, ese que acuna el misterio en sus grandes manos que no siempre mienten. En el sofá de la izquierda, sola y triste, pero abierta a la sorpresa, una mujer deja pasar los minutos mirando una foto de su hija, igual que lo hace cada mañana. A su lado, un joven discapacitado la observa en silencio. Acaso le gustaría decirle que todo dolor tiene su fin y que cada día es el primero de una nueva vida. Pero calla.

 

 

 

En el centro del cuadro, de pie, en actitud desafiante, con rostro de humo, barba inclemente y manos de brea, ese que llaman el Mirto, hablando con Julio, o con Pablo, o con quien vaya usted a saber quién, que acaba de ser rescatado de su naufragio en Isla Barcelona.    

Al fondo, ajena a toda la escena, envuelta en sombras de duda, una joven lee una y otra vez un puñado de cartas que tienen el matasellos de la ciudad de la luz. Tras ella se esconde una adolescente con reflejos opacos en los ojos que mira incesantemente a uno y otro lado, temiendo que alguien no deseado aparezca. Se pregunta que será de su madre y de sus hermanos.  

A la derecha, junto al aparador, alguien espera. El resto evitan mirarlo. Saben que ha gastado sus seis balas, pero temen que aun guarde alguna en la recámara.  

Creo que alguien falta en este cuadro. ¡Claro, se me olvidaba! Es la mujer de Juan que hace un rato gritó: ¡bajo al súper!, escondiendo en el bolso su dignidad, los golpes recibidos y un cuchillo que necesita afilar... 

En fin, no me toméis en serio. Al fin y al cabo esto es un simple ejercicio de estilo o, como diría Gualterio Falcón, ese hombre seco, morocho y crespo, de ojos negros y mirar equino, sólo es laburo, laburo nomás.

 

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