LA CLASE DE BAILE

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LaGalana
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LA CLASE DE BAILE

Mensaje por LaGalana »

A ver si se va ésta ya-pensaba Eulalia mientras sonreía tontamente a la clienta-Estos le quedan muy bien, resaltan sus ojos-le dijo en tono adulador.
<BR>La clienta le miró con ojos bovinos sopesando el comentario- No se, no se si el verde va a quedar bien con el ámbar...-dijo contemplando los pendientes.
<BR>-¡Ámbar dice la señora¡Si tiene los ojos castaños como casi todo el mundo-pensó Eulalia-¡Ay Dios mio, la cantidad de tonterías que tengo que escuchar al cabo del día. Tengo que releer ese libro de autoayuda que me regaló Manolita, sobre todo la parte en la que hablaba de la filosofía del vendedor.
<BR>Volvió a sonreir a la clienta y le preguntó amablemente- Entonces.... le pongo éste par?
<BR>-Bueno, está bien, pero si cuando llegue a mi casa no me acaban de gustar, ¿me los cambiraran?
<BR>-¡Claro, señora. Usted trae el tiquet y se los cambiamos sin ningún problema-afirmó Eulalia.
<BR>Metió los pendientes en una bolsita de papel, le dio el cambio de cinco euros que la señora le había entregado y sonriendo se despidió de ella.
<BR>-¡Muchas gracias señora, vuelva pronto¡
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<BR>La señora se dio la vuelta sin contestar y se dirigió a la puerta. Eulalia estuvo tentada de sacar la lengua a la figura que se alejaba, pero se contuvo, en parte porque no era propio de ella y sobre todo, porque la jefa estaba al otro extremo del mostrador comprobando un pedido y si la veía, le podía caer una buena bronca.
<BR>Miró disimuladamente su reloj y dio un pequeño suspiro al ver que aún quedaba media hora para cerrar.
<BR>-¿te pasa algo Eulalia¿- le preguntó la jefa sin levantar la vista del pedido.
<BR>-¡No, no, Dª Inés, nada¡ ¿por qué lo preunta?
<BR>-¡Hija¡, como has suspirado así... he pensado ¡que se yo¡ que estás enamorada-le miró la jefa con un brillo travieso en los ojos.
<BR>-¡Huy, enamorada¡¡que cosas tiene Dª Inés¡ no, no, es que hoy empiezan las clases de baile y estoy un poco nerviosa.
<BR>-¿vas a ir a clase de baile? ¿y eso?-le preguntó la jefa, interesada.
<BR>-Si, me convenció mi amiga Manolita, ya sabe usted. Pero resulta que ha tenido un ataque de ciática y al final tengo que ir yo sola, y ....
<BR>-¿y que?
<BR>-Pues, que me da un poco de vergüenza ir sola. Si hubiéramos ido las dos, pues ya sabe, podríamos haber hecho pareja en los bailes.
<BR>-¡Pues hija, mejor¡ así bailas con otras...o con otros.....-dijo sonriendo maliciosamente.
<BR>Eulalia sintió como su cara enrojecía sólo de pensar en bailar con un desconocido, musitando confesó a su jefa.-Espero que no tenga que bailar con ningún hombre. ¡me moriría de vergüenza¡
<BR>-Anda, no seas tonta, que ya eres mayorcita, ¡ y venga, vete cerrando que son las ocho, no vayas a llegar tarde a tu primera clase¡
<BR>Eulalia cerró la puerta de la tienda, se quitó la bata y cogiendo su bolso se despidió de Dª Inés.
<BR>-¡Adiós Dª Inés, hasta mañana.
<BR>-¡Adiós Eulalia, que te diviertas, ya me contarás mañana.
<BR>Eulalia aceleró el paso, la academia de baile estaba a dos manzanas de la tienda y solo tenía quince minutos para llegar a tiempo.
<BR>Cuando llegó al portal sofocada, saludó al portero, subió al ascensor y pulso el botón del cuarto piso.
<BR>La puerta de la academia estaba abierta y tras una pequeña vacilación, entró a la sala de espera, donde tras un mostrador, una guapa y oronda muchacha mantenía el rostro pegado a una pantalla de ordenador, intentando descifrar la forma de hacerlo funcionar.
<BR>-¡Hola, buenas tardes¡ Venía a la clase de baile.
<BR>-¡Ah hola¡ saludó la muchacha-Puede pasá, mi niña- la joven hablaba arrastrando las vocales y comiéndose las consonantes finales, Eulalia supuso que era cubana, y dándole las gracias, torció por el pasillo hasta que llegó a una puerta de donde salían algunas voces.
<BR>Llamó a la puerta suavemente y la abrió. Cuando asomó la cabeza se encontró con cuatro mujeres que la observaban a su vez, muy interesadas.
<BR>¡Hola, hola¡ le saludó una de ellas-Pasa que esto está a punto de empezar.
<BR>Eulalia entró y se acercó al grupo- Soy Eulalia-dijo presentándose.
<BR>-yo soy Carmela-le contestó una mujer pizpireta y sonriente- y ésta es Lourdes, y ellas son Asun y Carolina. Ellas forman pareja de baile, y Lourdes y yo también. ¿ y tu... no vienes sóla?
<BR>Eulalia les explicó lo que le había ocurrido a Manolita y las cuatro se miraron entre sí.
<BR>-¡Pues que pena lo de tu amiga-le dijo Asun- ¡Bueno, te tocará bailar con Lenin, el profe.
<BR>-¿es un hombre?-preguntó Eulalia asustada.
<BR>-Si hija, ¡y que hombre¡-Carolina puso los ojos en blanco-¡mira, ya viene¡.
<BR>Eulalia miró al profesor y pensó que se moriría si tenía que bailar con él. Él saludó a sus compañeras y se acercó a ella, tomó su mano y la besó- ¿Tu seráa Eulalia, ¿nooo?Encantado chicaa-le sonrió.
<BR>-Mucho gusto-balbuceó Eulalia sonrojada.
<BR>-Tá bien, vaamo a comensáa la clase-dijo acercándose a la mesa y poniendo un cd- Hoy toca sámba.
<BR>Se acercó a Eulalia y tomándola de la cintura la pegó a su cuerpo- ¿tu ha bailao sámba alguna veé?-le dijo clavando dos ojos negros en los suyos.
<BR>Eulalia negó con la cabeza, la proximidad del cuerpo del profesor hizo que empezara a sudar a chorros.
<BR>-La sámba es purita sensualidá, mi niiña-le dijo Lenin, acercándola más a él, y empezando a mover las caderas-En Brasil es toda una filosofía, ya verá, te va a gustá. Para aprender es mejor así, notará mejor mis movimientos.
<BR>Eulalia notaba todos los movimientos de Lenin, especialmente de cintura para abajo. No levantó la vista durante todo el tiempo que duró la clase.
<BR>Cuando llegó a su casa, su hermana le preguntó por su clase. Ella farfulló una respuesta corta y alegando que estaba muy cansada, se fue a su habitación. SE tumbó en la cama y empezó a hacer los ejercicios de relajación que le había enseñado Manolita.
<BR>Sonó el teléfono, y su hermana le llamó-¡Nena es Manolita, que te pongas¡
<BR>Eulalia tomó el auricular y contestó-¡hola Manolita¡-dijo con los ojos cerrados.
<BR>-¡Hola Lali guapa.¡Oye¡ solo llamaba para decirte que estoy mucho mejor y que podré ir a la próxima clase de baile.
<BR>-¡vaya, que pena, Manolita. Me ha dicho el profesor que el cupo está cubierto, que no puede admitir más alumnos-mintió sin ningún remordimiento Eulalia, mientras en su cabeza resonaba una música de samba.
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