MERCENARIOS DE LAS ARTES

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abel1
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MERCENARIOS DE LAS ARTES

Mensaje por abel1 »

A todos nos gusta el dinero, es algo obvio, pero que el motivo por el que se hace arte, sea únicamente para enriquecerse me parece faltal.

Hace poco, me sorprendió una entrevista que le realizaron a un afamado pintor español contemporáneo; cuando le preguntaban por los mejores artistas contemporáneos, siempre se incluía entre los tres primeros, apostillando a continuación que él era soberbio y se vanagloriaba de ello, para que mentir, le decía al entrevistador. Me sentí tan perturbado por tan claras cuotas de sinceridad que pensé, la verdad que debe ser bueno...

Como siempre me ha hecho ilusión tener un retrato mío, a ser posible pintado por un gran pintor, le mandé un correo para hacerle un trueque, ya que ni loco puedo llegar a pagar millones por un retrato... en mi proposición deshonesta, le daba a cambio un cuadro original de mi propiedad, obra de un famoso pintor-poeta de fama universal, además por si le parecía poco, le decía me dijera una cantidad aparte, humilde claro está, pero que intentaría hacer el esfuerzo.

A los pocos días, el pintor soberbio(Como se llamaba él así mismo), me contesta el correo, con buenas palabras, pero ofendido en su orgullo, me decía que el vivía de su trabajo y que lamentablemente, no podía aceptar mi proposición. Supongo que mi propuesta, le parecería un regalo... o peor aun, pintar gratis... me imagino que sería eso.

Si hacer un retrato en uno o dos días, a cambio de una cantidad de dinero, más un cuadro original autentificado de un artista de fama universal, candidato al nobel en varias ocasiones, le parece pintar gratis, creo que usted ni es pintor ni es nada, lo que creo me lo reservo para mis adentros.

Este que os habla, que lleva su poesía y su persona a quien más la necesita, de forma gratuita, siempre de forma altruista y sin pedir nada a cambio, se sintió ultrajado por un señor que se llama artista.

Por supuesto, que la oferta no iba en serio, tan solo quería comprobar hasta que punto llega la soberbia de algunos que así mismo se llaman artistas, ni en sueños cambiaría una obra de un artista de verdad, por uno
de pacotilla, por muchos millones que valgan sus cuadros. Por la boca muere el pez, en este caso, por la cartera.

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