Llanto por Miguel Hernández. Por David Romero Raposo

Colmenar de barro inerte,
habitáculos henchidos,
seres enfermos de muerte
con trajes de huesos vencidos.

En el silencio del alba,
en la fría enfermería,
se está rompiendo la calma,
Miguel, solo, se moría.

Que no quiero verlo, que no.

Tumbado, su pecho abierto,
donde marcha lentamente
la suciedad que en su cuerpo
rompe su vida y simiente.

Que no quiero verlo, que no.

Dando un último suspiro,
su cuerpo de mármol blanco,
se aleja de su familia
y se asoma ante el barranco.

Dos cebollas son sus ojos
que miran hacia el vacío
escribe el último verso
con lágrimas de rocío.

Que no quiero verlo, que no.

 

David Romero Raposo

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2 comentarios

  1. David enhorabuena por tu poema. Mu ha gustado realemente como has plasmado los últimos momentos de Miguel Hernández, que no podía ser de otra manera que con un buen poema X)

  2. Buenos días, tardes o noches.

    Gracias por ayudarme a difundir mi obra. Gracias Fernando por el primer comentario, en especial por tus palabras. Me gustaría dejaros mi blog, por si queréis conocer algo más de mi obra.

    Un saludo.

    David Romero Raposo
    http://www.traslashuellas.tk

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