Víctor Mirete, autor de la trilogía de ficción histórica «La Saga Frédéric Poison».

EL AUTOR

 

Victor MireteSi algo puede definir a este autor murciano es su carácter torbellínico, su capacidad para reinventarse y su constante ebullición creativa que le hace embarcarse en nuevos retos y proyectos cada semana. Escritor (Ganador del certamen de relatos cortos de Lorquí 2014), Fotógrafo (Ganador de numerosos concursos a nivel local y nacional), guionista, colaborador en programas de radio y prensa escrita, diseñador de portadas y booktrailers, actor, técnico de mantenimiento en un hospital, padre de dos hijas y amante de la vida en toda su expresión. Un hombre cuyo lema es: “La vida no consiste en vivir de ilusione, sino en vivir ilusionado”; y que reconoce tener una terrible fobia al aburrimiento.

Como escritor, sus obras y presentaciones literarias son una mezcla entre el romanticismo, lo épico y lo humano.  

 


LAS NOVELAS

El mundo nunca cambia. En cada época, en cada lugar, en cada uno de nosotros se repiten una y otra vez los mismos fracasos, los mismos logros, las mismas tragedias, las mismas alegrías. Somos la consecuencia del pasado, la causa del futuro y la efemeridad del presente. Somos aquello por lo que cada día luchamos, aquello por lo que jamás dejamos de estar ilusionados y aquello por lo que siempre estamos en el recuerdo de otros. Somos una saga, y las sagas son como la vida, nacen, crecen, se reproducen, mueren y al final se heredan.
Pero como la ficción es el mejor invento para jugar con la historia que conocemos y como la literatura no es sino el mejor camino para reinventar el mundo y adentrarnos en la imaginación de todos y cada uno de nosotros; en esta primera trilogía de la Saga Frédéric Poison (cuya tercera parte será publicada en noviembre de 2016 por la editorial convencional MALBEC), encontraréis las verdades no contadas acerca del siglo XX.

Por lo pronto, y para ir abriendo boca de lo que será un sorprendente, enigmático y sobrecogedor desenlace en “EL diario de René”, podéis ir adentrándose en el mundo Poison a través de “El dragón perdidoy “Los niños de Belzéc”

 

 NOTAS PRELIMINARES

 

“EL DRAGÓN PERDIDO”

Dragon perdido
La idea de esta obra literaria surgió, allá por el año 2011, en una esquina del centro comercial La Noria. Durante una rutinaria jornada laboral, me planteé, junto a Carlos Hernández Arranz, buen amigo y compañero de faena en aquel momento, crear un relato ficticio en torno a un hecho real acaecido en los días previos a la Guerra Civil española.

Por aquel entonces, el eje principal del relato, el detective francés Frédéric Poison, ya anidaba en mi cabeza. Y hoy en día, algunos podrían decir que se ha convertido en mi alter ego. Pero, nada más lejos de la realidad, Frédéric Poison es la proyección literaria de los valores, la personalidad, la moralidad y los defectos que considero necesarios para subsistir en este incierto mundo. Por tanto, cualquier parecido con la vida del autor, es producto de la intensidad y emoción con que viví la elaboración de mi manuscrito. Lo cierto es que, como autor, y deseoso de crear desde hacía tiempo una historia merecedora del detective galo, me encontré, en manos de Carlos, con el regalo de un pasaje de nuestra historia. Sus palabras fueron, en ese impás laboral (porque en todos los trabajos se fuma): “¿Conoces la historia del Dragón Rapide, el avión que transportó a Franco desde…?”. Embriagado y pletórico ante las posibilidades narrativas que me ofrecía la historia, mi inspiración comenzó a trabajar la idea de adaptar un argumento y un guión alternativo a tal suceso. Esa misma tarde, la pelota de la imaginación echó a rodar cuesta abajo y apareció El Dragón perdido. Entonces, había que vestir la historia día a día. De manera que, uno a uno, fueron apareciendo los demás personajes, así como los enredos propios de la intriga y las aventuras en que se verían envueltos los personajes. Esta obra es, por tanto, el resultado de un puzzle donde las piezas, inventadas unas y reales otras, se ayudan mutuamente para crear una historia creíble, o no, pero con la única intención de entretener al lector y, por qué no decirlo, al propio autor.

Por ello, el texto se documenta, lo más fielmente posible, con datos y hechos reales, aunque estos se adaptan a las licencias de una ficción que no hace más que decorar y crear ese halo de misterio con el que lanzar una verdad no contada.

Con el trasfondo de hechos y personajes reales, tratados de forma que pudieran adaptarse a la narración ficticia que comprende el relato, no todo lo que se cuenta de ellos es cierto. Así, su participación en un escenario inventado carece de veracidad, salvo por remota casualidad.

La intención de esta novela no era otra que dotar al momento histórico de una intriga nueva y, a la vez, otorgarle una documentación que vistiese potentemente la trama que se desarrolla.

Sucesos, conceptos, regímenes e instituciones como el Opus Dei, la masonería, el franquismo, la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Civil española aparecen con atrevimiento en la novela. Y son utilizados con el rigor permitido por la imaginación, la subjetividad y la documentación que el autor fue acumulando para emprender su proceso creativo.

El autor también reivindica el uso del flashback, para retrotraerse a un pasado que nos permita entender el presente de una forma más visual. Este es un recurso muy cinematográfico, y por el que opté, dada la vivacidad con que las imágenes y escenas acompañan a la narración.

Por todo ello, espero poder hacer llegar este Dragón perdido al corazón de cada uno de los lectores que lo tengan en sus manos.

ÚLTIMAS RESEÑAS REALIZAS.

Por Asensio Txentxo Piqueras. Autor de la obra literaria “DENTRO, intimidades”

Una novela de espionaje e intriga. Personajes variopintos en escenarios reales de una guerra que nunca debió ocurrir. Un detective peculiar investiga una trama de enigmas hasta conseguir descubrir final espectacular. ¿Ocurrió o no ocurrió? La maestría del autor Mirete consigue mantenernos en tensión durante todas las páginas de su novela llevándonos a situaciones y sitios totalmente dispares, recreándose en sus descripciones. Contada con métodos de escenas retrospectivas muy bien conseguidas. Este detective Poison tiene mucha miga dentro. Lo leeremos seguro en otras novelas.

 

“LOS NIÑOS DE BELZEC”

Los niños de Belzec

Inspirado en el testimonio de Rudolf Reder durante su periodo como prisionero del campo de exterminio de Belzéc; recogido en un folleto de 74 páginas, publicado en el volumen 13 de la revista Polin, en Cracovia, en 1946.

Posteriormente, en 2000, el historiador polaco M. Rubel publicó una traducción anotada.

Las fuentes consultadas y la documentación recogida para elaborar el contexto de la novela se ven necesariamente modificadas en determinados aspectos, con el único fin de introducir una ficción paralela a los hechos ocurridos en las fechas y lugares que comprenden y abarcan el texto. Desemboca todo ello, y de manera lógica, en la aparición en la obra de personajes reales, cuyas circunstancias también han sido adaptadas al relato para poder interactuar con otros personajes ficticios.

La novela comenzó a escribirse en noviembre de 2012.

«Sin duda alguna, una novela histórica y de ficción requiere de dos aspectos fundamentales: Documentación e imaginación».

ÚLTIMAS RESEÑAS REALIZAS.

Por Asensio Txentxo Piqueras. Autor de la obra literaria “DENTRO, intimidades”

Por una cuestión de trabajo he estado muchas veces en Nuremberg, ciudad que me apasiona. Cuando me enteré que el autor, Víctor Mirete, tenía la segunda parte de su principiante saga de «el detective Poison», no lo dudé. Historia desgarrada, dura, histórica, espionaje, muy documentada. Apasionante. Con mucha calidad literaria, muy pulida. Víctor, la tercera parte por favor que sea en este año.

 Ytilogia Victor Mirete

 

“EL DIARIO DE RENÉ”

(PRÓXIMAMENTE)

Al igual que este libro, “Todas las guerras comienzan de la misma forma que acaban; con una muerte”. Alguien siempre muere primero y alguien siempre es el último en hacerlo. A medias, entre esas dos personas van cayendo todos los demás beligerantes, civiles, niños, niñas, jóvenes, ancianos, ministros, panaderos, carpinteros, grandes empresarios… Puede que parezca una obviedad todo esto, y lo cierto es que lo es. Pero además, es la consecuencia y causa de que jamás pueda existir paz en un planeta en el que constantemente rivalizamos. No existe la paz. Lo que llamamos paz es tan solo un periodo entre guerras; y todos somos enemigos de todos. Incluso en esos eufemísticos periodos, la gente muere; y no me refiero por causas naturales, no.

Cuando decidí escribir esta historia, no fue simplemente porque hubiese acabado la anterior. Es más, el primer deseo que tuve al acabar la predecesora fue descansar. Descansar de toda la guerra que supone llevar una novela como estas en construcción permanente en la cabeza. Pero a veces, las cosas no son como uno quiere, y otras veces negar que algo que ha comenzado es simplemente atrasar un desenlace que tiene que suceder sí o sí. El desenlace, no es sino, que necesitaba reinventar la historia del comienzo de la madre de las guerras. Para mí, la Primera Guerra Mundial; y por ende acabó convirtiéndose esa idea en una conspiración mundial que alarga sus tentáculos hasta los inicios de la guerra fría y que pondrá en jaque a los servicios secretos.

Cuando busco y rebusco entre todos los testimonios, documentos oficiales, relatos, manuscritos y demás herramientas al alcance de cualquier persona, con la curiosidad justa o necesaria para mantener viva la historia, encuentro que existe un porcentaje altamente más elevado de dudas y vacíos que de certezas y realidades, en la historia de la humanidad. Esas dudas, para un escritor como yo, son el alimento de la imaginación, el nutriente de la ficción y la herramienta para construir una novela donde poder echar anclar y fondear durante un periodo de tiempo estimable, las intrigas que la creatividad va forjando. De igual forma, debo decir con total sinceridad, que esta tercera entrega es en la que más licencias me he permitido, pero a la vez ha sido la más complicada de hilar dada su complejidad en la trama y la profundidad en el trato de cada personaje.

Con todo ello, y puesto que se trata de una nueva investigación en la que la historia, la intriga y la aventura, nos demuestran que “hay pistas y pruebas que nos dicen quien ha hecho algo, y otras que nos dicen quien no lo ha hecho”, debo decir y asegurar que el sentido de toda novela que yo pretendo escribir, no es otro que el de entretener al lector como si yo mismo fuese el que recibiese esa historia.

Subjetiva u objetivamente, para un escritor que escribe en tercera persona sobre alguien, sobre algo y sobre hechos o desechos; los que han existido y vivido algo, es tan susceptible de reinventar su historia como los que no lo han hecho o vivido, de imaginarla. De modo que “El diario de René!, es pues, otra de esas novelas de ficción en la que el marco histórico que toma como cuadro, no hace sino revestir, decorar y fundamentar lo que la imaginación deja volar”

“Esta obra comenzó a escribirse en Enero de 2015, con la sana intención de concluir por ahora y hasta ahora la primera trilogía de la Saga del personaje Frédéric Poison”.

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