MI EXPERIENCIA EN MURCIA

por Mercedes Martín Alfaya (1er PREMIO)

Queridos amigos:

 

A veces, este tren sobre el que discurre nuestra vida, hace una paradita en el camino; bajamos, estiramos las piernas y compartimos un instante en el tiempo con otras personas a las que su tren ha llevado hasta allí. Y en el camino de vuelta, cuando el tren arranca, descubres que ya no eres el mismo, ni tu corazón tampoco. Y un aroma de tiempo recorre el vagón de la existencia tatuándonos el rostro de sonrisas.

 

Algo así me ocurrió en Murcia el día de la entrega de premios. El aperitivo llegó  semanas antes, cuando vi mi foto como finalista en la red. Qué guapos estábamos todos en el cuadro de honor, y qué buenos los relatos; el jurado no lo iba a tener fácil. Luego, cuando mis compañeros del taller literario y mi profesor decidieron viajar conmigo y acompañarme en la aventura, ya me sentí premiada.

Al llegar al hotel donde se celebraba la entrega de premios, me sorprendió la buena organización y acogida con la que nos recibieron; también la decoración y los detalles, la alegría de la gente…; el buen rollito.

 

 Me sentí como en casa.

 

 Nos tocó la mesa 6 (una mesa con magia, ya comentaré por qué). La presidenta del jurado, Carmen Posadas, me pareció una mujer sorprendente. Su elegancia y saber estar acapararon todas las miradas. Más tarde, descubrí otro de sus encantos, la sencillez y la cercanía con la que nos atendió a todos haciendo de la cena una burbuja etérea de la que ninguno queríamos salir.

Junto a la vela que decoraba nuestra mesa, mis compañeros y yo, colocamos la vela de “El desván de la memoria”, nuestro taller literario. Como cada uno somos de un lugar diferente, necesitamos algo que nos una y la vela hace de talismán. Yo creo que a nuestra vela le gustó tanto Murcia como a nosotros y con esa llamita que ilumina sin molestar, fue acaparando alegrías para nuestra mesa: Primero, un finalista del premio Salzillo, luego un segundo premio de Narrativa y por último, el premio gordo de Narrativa. Pero la cosa no quedó ahí, en nuestra mesa también se repartieron dos premios más del sorteo de regalos. Resultó divertido cuando parte de los asistentes bromeaban con arrimar su silla a nuestra mesa.

 

 Aún  quedaba una sorpresa más…

 

Hablé de nuestra vela con Carmen y ella quiso tocarla. La acompañé hasta donde ardía la llamita de la fortuna y ella la tocó (instante que atrapó el flash de una cámara). Ahora, esa foto nos recuerda el momento en el que Carmen conectó con nuestras vidas de una forma simpática. Y desde entonces la vela, como nosotros,  anda sumergida en un bonito sueño del que no quiere despertar.

No tengo palabras para agradecer a todo el mundo la noche tan mágica que pasamos en Murcia.

 

Felicidades al Canal Literatura por la buena predisposición, la elegancia y simpatía que condujo el acto; por la calidez de los abrazos, la motivación y la talla humana de sus integrantes. Enhorabuena a la organización por el cuidado que han puesto en todos los detalles, por cumplir los sueños de muchos de nosotros, por su entusiasmo y por su trabajo. Nunca olvidaré la experiencia tan entrañable que me habéis brindado. Gracias de todo corazón.

 

Muchas gracias, al jurado por otorgarme el premio.

 

A mi profesor, Ramón Alcaraz García, decirle que puede estar orgulloso de su trabajo, que me encanta compartir con él instantes como estos, que le quiero, que le admiro, que me parece una persona especial, que siga haciéndome trabajar como hasta ahora., y que sin sus conocimientos, su motivación y su profesionalidad el camino sería distinto. Gracias profe.

 

A mis compañeros del taller Clara, María y Enrique, decirles que no tengo palabras para agradecer sus demostraciones de auténtica amistad compartiendo viaje y emociones. Su compañía me hizo sentir llena. Gracias amigos.

 

A Carmen Posadas, mi agradecimiento por sus consejos sobre la perseverancia, por su cercanía, su saber estar y por el detalle tan lindo que tuvo a tocar nuestra vela. Gracias Carmen y no te preocupes, no voy a dejar que nadie “pinche mi globo”.

 

A Elvira, un beso muy fuerte por sus palabras de cariño, por brindarme su amistad. Es curioso Elvira sólo nos vimos un momentito y sentí como si te conociera de toda la vida. Qué bien, que haya personas como tú.

 

A Maria Luisa (Haddass), gracias por eso, por hacer de Hada en el libro de los sueños. Tu varita mágica ha tocado muchos rincones de la geografía y del “interior” de alguno de nosotros. Gracias Maria Luisa por el esfuerzo y la ilusión que pusiste en ello.

 

No sé si he dicho que me llevé el primer premio de Narrativa y el premio a uno de los días más entrañables de mi vida.

 

Muchas gracias Canal Literatura.

Seguiremos trabajando.

Besos.

Mercedes.

 

 

 

 

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