Queridos amigos:
A
veces, este tren sobre el que discurre nuestra vida, hace una
paradita en el camino; bajamos, estiramos las piernas y compartimos
un instante en el tiempo con otras personas a las que su tren ha
llevado hasta allí. Y en el camino de vuelta, cuando el tren
arranca, descubres que ya no eres el mismo, ni tu corazón tampoco. Y
un aroma de tiempo
recorre el vagón de la existencia tatuándonos el rostro de sonrisas.
Algo
así me ocurrió en Murcia el día de la entrega de premios. El
aperitivo llegó semanas antes, cuando vi mi foto como finalista en
la red. Qué guapos estábamos todos en el cuadro de honor, y qué
buenos los relatos; el jurado no lo iba a tener fácil. Luego, cuando
mis compañeros del taller literario y mi profesor decidieron viajar
conmigo y acompañarme en la aventura, ya me sentí premiada.
Al
llegar al hotel donde se celebraba la entrega de premios, me
sorprendió la buena organización y acogida con la que nos
recibieron; también la decoración y los detalles, la alegría de la
gente…; el buen rollito.
Me
sentí como en casa.
Nos
tocó la mesa 6 (una mesa con magia, ya comentaré por qué). La
presidenta del jurado, Carmen Posadas, me pareció una mujer
sorprendente. Su elegancia y saber estar acapararon todas las
miradas. Más tarde, descubrí otro de sus encantos, la sencillez y la
cercanía con la que nos atendió a todos haciendo de la cena una
burbuja etérea de la que ninguno queríamos salir.
Junto
a la vela que decoraba nuestra mesa, mis compañeros y yo, colocamos
la vela de “El desván de la memoria”, nuestro taller literario. Como
cada uno somos de un lugar diferente, necesitamos algo que nos una y
la vela hace de talismán. Yo creo que a nuestra vela le gustó tanto
Murcia como a nosotros y con esa llamita que ilumina sin molestar,
fue acaparando alegrías para nuestra mesa: Primero, un finalista del
premio Salzillo, luego un segundo premio de Narrativa y por último,
el premio gordo de Narrativa. Pero la cosa no quedó ahí, en nuestra
mesa también se repartieron dos premios más del sorteo de regalos.
Resultó divertido cuando parte de los asistentes bromeaban con
arrimar su silla a nuestra mesa.
Aún
quedaba una sorpresa más…
Hablé
de nuestra vela con Carmen y ella quiso tocarla. La acompañé hasta
donde ardía la llamita de la fortuna y ella la tocó (instante que
atrapó el flash de una cámara). Ahora, esa foto nos recuerda el
momento en el que Carmen conectó con nuestras vidas de una forma
simpática. Y desde entonces la vela, como nosotros, anda sumergida
en un bonito sueño del que no quiere despertar.
No
tengo palabras para agradecer a todo el mundo la noche tan mágica
que pasamos en Murcia.
Felicidades al Canal Literatura por la buena predisposición, la
elegancia y simpatía que condujo el acto; por la calidez de los
abrazos, la motivación y la talla humana de sus integrantes.
Enhorabuena a la organización por el cuidado que han puesto en todos
los detalles, por cumplir los sueños de muchos de nosotros, por su
entusiasmo y por su trabajo. Nunca olvidaré la experiencia tan
entrañable que me habéis brindado. Gracias de todo corazón.
Muchas
gracias, al jurado por otorgarme el premio.
A mi
profesor, Ramón Alcaraz García, decirle que puede estar orgulloso de
su trabajo, que me encanta compartir con él instantes como estos,
que le quiero, que le admiro, que me parece una persona especial,
que siga haciéndome trabajar como hasta ahora., y que sin sus
conocimientos, su motivación y su profesionalidad el camino sería
distinto. Gracias profe.
A mis
compañeros del taller Clara, María y Enrique, decirles que no tengo
palabras para agradecer sus demostraciones de auténtica amistad
compartiendo viaje y emociones. Su compañía me hizo sentir llena.
Gracias amigos.
A
Carmen Posadas, mi agradecimiento por sus consejos sobre la
perseverancia, por su cercanía, su saber estar y por el detalle tan
lindo que tuvo a tocar nuestra vela. Gracias Carmen y no te
preocupes, no voy a dejar que nadie “pinche mi globo”.
A
Elvira, un beso muy fuerte por sus palabras de cariño, por brindarme
su amistad. Es curioso Elvira sólo nos vimos un momentito y sentí
como si te conociera de toda la vida. Qué bien, que haya personas
como tú.
A
Maria Luisa (Haddass), gracias por eso, por hacer de Hada en el
libro de los sueños. Tu varita mágica ha tocado muchos rincones de
la geografía y del “interior” de alguno de nosotros. Gracias Maria
Luisa por el esfuerzo y la ilusión que pusiste en ello.
No sé
si he dicho que me llevé el primer premio de Narrativa y el premio a
uno de los días más entrañables de mi vida.
Muchas
gracias Canal Literatura.
Seguiremos trabajando.
Besos.
Mercedes.
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