Tiempos difíciles: «la tribu». Por Ángel V. Díez

Tiempos difíciles: «la tribu»

 

Los ancianos se reunieron en consejo hasta que la luna se ocultó detrás de las altas montañas.
No conseguían recordar cómo había empezado todo. Y sin los recuerdos del pasado no podrían comprender la terrible situación que amenazaba con destruir su tribu.

Decidieron, como último recurso, ir a visitar a la Gran Madre, depositaria de la sabiduría y tradiciones más antiguas.
Sentados en semicírculo esperaron muchas lunas delante de su tienda, pero la anciana no daba señales de querer salir.

Después de muchas cavilaciones decidieron enviar un emisario para intentar convencerla de que escuchara sus cuitas y arrojara un poco de luz sobre el futuro que les aguardaba.

Cuando salió el enviado un ronco y pavoroso rumor recorrió a los allí reunidos, tal era el rostro de espanto y el terror que reflejaban sus ojos a punto de salirse de las órbitas. Tambaleante se acercó a los ancianos que se habían puesto en pie y con nerviosos ademanes les comunicó la fatal noticia: la anciana yacía inmóvil, con el rostro más pálido que la luna, los ojos quietos y hundidos, los nudosos dedos crispados como intentando sujetar algo invisible que había huido de su cuerpo…

Comprendieron al instante que el Gran Espíritu los había abandonado, maldecido su rica tierra, paralizado el juego y las voces de los niños. Hacía tiempo que un profundo silencio se había adueñado del poblado. Los cazadores regresaban abatidos y sin presas y las recolectoras ya no encontraban bayas, frutos ni raíces en la seca y dura tierra.

Estuvieron varias lunas más sumidos en profundos pensamientos. Al fin tomaron una trascendental decisión: abandonarían la tierra de sus antepasados emprendiendo una larga marcha hacia el lugar, detrás del horizonte, donde se perdía el vuelo de las aves.
Se guiarían por las estrellas, sobre todo aquella más brillante que parecía indicarles el camino…

Amable lector:
Tal vez así, movidos por la necesidad de supervivencia, comenzó la expansión del homo sapiens por todo el Planeta. Y aquella pequeña tribu se convirtió, con el paso de los siglos, en lo que hoy somos.
Nunca sabrían que lo que estaba sucediendo era un profundo cambio climático. Por fortuna para todos nosotros, tuvieron tierras y espacio para colonizar y consiguieron sobrevivir.

Una pregunta me queda dando vueltas como un moscardón irritante: cuando a nosotros, a nuestros hijos, o a los hijos de nuestros hijos, se nos terminen los recursos, o un imparable cambio climático asole el Planeta, ¿encontremos un lugar donde seguir habitando; o será el final de esta raza capaz de las más altas y bellas acciones, pero también de los más horrendos crímenes y despropósitos?

Ángel V. Díez

Blog del autor

2 comentarios:

  1. Gracias, amigos entrañables de Canal Literatura.

    Qué el año que está a punto de llegar podamos seguir contando con vuestra ayuda, dedicación y cariño.

    Seguid luchando por vuestros sueños, aunque no todos se cumplan, ayudan a dar un sentido más humano a la vida.

    Un cálido abrazo para vosotros y para todos los colaboradores del Canal.

    Ángel Díez Álvarez

  2. Luisa Núñez

    Gracias a ti Ángel que con tu capacidad de trasmitir nos enseñas cada día el lado más bello del ser humano.
    Seguiremos luchando juntos por cambiar algunas cosas y hacer que la trasmisión de historias nos ayuden a comprender el mundo.
    Un gran abrazo amigo.

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