II.
“Llenas de suspiros las noches vacías.
Clamorosa virtud de mano arrugada,
Que tiende sobre este atril un llanto, voz
Pausada en tinta, de las golondrinas.
Llenas de suspiros las noches vacías.
Eres el aullido de mi virgen pluma,
Que sobre blanca ilusión extiende
El recuerdo cautivo de lejanos días.
Con el compás de los mal medidos versos,
Cernida tu haz en mi grotesca sombra,
Trabajo la espesa aura de tu boceto.
El sórdido atuendo que tejen mis dedos,
Se borra triste bajo el manto salado
Brotado en los ojos, por el desconsuelo”.