Regueros de pólvora esparce el deseo:
vigor incrustado en raíces de sangre;
soneto del alma que suelta los remos
y otea el impulso para el desembarque.
Relámpago herido que cruza la entraña
y arroja por borda su carga de lastre;
tormenta que irrumpe azotando las jarcias
y arranca del agua el sostén de la nave.
Cincel afilado que horada el silencio
con voces secretas sin lengua ni clave;
volcán reprimido por vendas de hielo,
que amarra en el fondo la sal de los mares.
Naufragio de espumas que espera ansioso
postrer sepultura del tibio relave,
y escupe en las grietas de piel y de lodo…
cuando un terremoto sacude sus fauces.