Los miércoles siempre han sido laberinto.
Atardecen tus ojos cuando amaneces en mis manos,
y las palabras entre nosotros se sienten huérfanas.
Silenciar las rutinas se ha vuelto pasatiempo.
Los miércoles, el sol y la luna hacen el amor.
Cuántas veces nos perdimos uno en el otro,
arrojando relojes al vacío, inventando luces.
Esta flor es diferente, no deja de nacer.
Los miércoles están llenos de vos.
Descubriendo identidades aún en suspenso
estudiamos con cuidado cada pieza orgánica.
Ojala yo pertenezca a tus sombras y vos a mis días