Quisiera poder mentirte esta noche solamente
y decirte que no me abrazaría a tu recuerdo,
pero me duele más saberte en ese mundo de fantasmas
que cien agujas hilvanando mis ojos con azufre.
Decirte que no desearía oír tu voz de alambre
en la que infinitas veces, sin temores, me he posado,
pero me hiere más sentirte resbalar en mis silencios
que mil afilados sarcasmos servidos en platos fríos.
Déjame que te mienta, aunque sólo sea esta noche,
decirte que no guardaría tus lágrimas en un verso,
que no empaparía tu rostro y tus hombros con las mías,
que no moriría por ti,
sino contigo…
y mentiría.