Escribo para que sepas que jamás te deje de escribir
y aunque fueron mías las últimas cartas desiertas
jamás te deje escribir
Sigo mirando a la Luna para coincidir con tu mirada
Sigo sembrando recuerdos
en la tierra
tras la lluvia
Varias gotas se unen en la ventana.
A veces me sorprendo dibujando tu nombre
en el polvo de una mesa
Únicas gotas de rocío que llora
esta ciudad sin estrellas.
Cometa en la noche de ceniza de mis días.
Sentado en la estación dejo pasar un tren
como quien deja pasar un día
por si en el siguiente…
Y en el tren dejo pasar…
Envejecido y malhumorado, llego tarde al trabajo diciéndome
Sólo los necios creen en el destino
Pero no creas que he estado solo
he besado muchos labios, he abrazado muchos cuerpos recordándote.
Por eso sé que el amor tiene infinitas caras
y todas como en un puzzle hacen la tuya.
En la oscuridad empecé usando tu perfume
ante el espejo vistiéndome de ti te imagine frente a mí
y ahora travestido paseo por las calles buscándome.
Aunque confesaré, que si te viera, ya no te conocería
porque no hay nada tan mentiroso como los recuerdos
son un muñeco de plastelina
juegas con ellos a saber quién eres
y te guardas en el cajón siendo otro
un trozo amarillo, un trozo rojo, unos granos de arena
incluso un pelo de gato encontré en el último
que finalmente me salió en el hombro.
Y hoy
la tormenta en la noche hizo la mañana doblemente hermosa
tan hermosa que me gustaría estar enamorado.
Por eso te escribo cartas, jamás te deje de escribir
cartas sin destino, cartas que abandono, cartas en silencio
hasta que el mundo tenga unA.