Icono del sitio IV Certamen Poemas sin Rostro

42- Ocaso de los bardos. Por EUGENIO N.

Me habló una tarde,
cuando el sol se ponía.
No recordó que en el ocaso,
soy sordo.
Yo solo escucho al sol que finge morir,
oigo el tenue resplandor de las gaviotas.
Una ola se afana en susurrar su canto,
¡SOY SORDO!
les grito a todos.
Si el sol se muere, tan sólo un poco.
Para qué hablar,
si es un instante de luto por la luz,
de la agonía lejana de poetas,
de las promesas de amantes sepultos.
¡SOY SORDO, HE DICHO!
Hagan silencio por amistad;
con los que se han ido,
con los que no llegan,
con los que no tuvieron mar.
Pero no hablen, por favor,
NO HABLEN.

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