1 El mejor amigo de las ambulancias es el perro. Nadie como el perro puede, más que amarlas, acompañarlas en el sentimiento, mientras en el fondo del vaso llora un cubito de hielo.
2 Aunque las ambulancias, como los despertadores, tienen pocos amigos por falta de tiempo. Tampoco saben estrechar las manos como el Sol, que amanece saludando por los orbes más contento que un verano esquimal.
3 Lo que les gusta a las ambulancias es mirarse en los espejos retrovisores, corriendo con la lengua en llamas dirección a Socorro, mientras resbala el suero de la aguja del cactus.
4 Lo que le gusta al Sol es mirarse en los atardeceres para pintar su autorretrato, que lleva por título “Bipolar” y es un regalo para la familia esquimal.
5 Socorro es un pueblo de Nuevo México donde hace estación el tren a Colorado Springs, pero el Socorro de las ambulancias está más allá del Polo Norte, donde los mares del mundo caen como una persiana rota y ruge el monstruo de Frankenstein desde lo alto de un témpano de hielo.
6 El mejor amigo de las ambulancias es el perro de las ambulancias. Nadie como el perro puede, más que amarlas, acompañarlas en el sentimiento, mientras la Luna asoma desde el fondo de un zapato abandonado en la playa, y en la cocina, un huevo frito aguanta la sal sin un parpadeo.
7 Pobre zapato, que ya no canta ni baila, y pobres calcetines que cuelgan del tendedero, luchando por escaparse de las pinzas y no calzar más pies, mientras en el Ecuador exprimen las naranjas partidas por la mitad, y en la cocina, el huevo frito ofrece su yema al pan.
8 Feliz el pie, que está ciego, y feliz el huevo, que nunca va a contrahuevo, pero pobre silla de ruedas, que de aguantar culos ha perdido su amor al pasillo y prefiere quedarse plegada y muda, mientras un karateka profesional parte en dos una letra “H” y nacen un par de muletas de las profundidades del grito.
9 “H” es la bandera de las ambulancias, el símbolo de un país dividido en plantas que se recorre en ascensor, subiendo hasta los locos y bajando hasta los muertos, que esperan su tren a Colorado Springs durmiendo en el refrigerador, mientras las fregonas disfrutan limpiando goterones de ketchup y las compresas extienden sus alas preparándose para el vuelo.
10 El país de las ambulancias extiende sus fronteras hasta más allá del Polo Norte, hasta ese punto donde la gente ya parece más extraterrestre que tibetana, y si miras por la persiana rota ves el patio de la Luna, con su pozo y su cuerda rota.
11 El mejor amigo del hielo no es el cristal sino los dedos, porque se quedan pegados a los cubitos que no quieren caer al fondo del vaso, mientras el Sol estrecha la mano de todos los monos aulladores del mundo, que le saludan a coro.
12 Aunque es interesante saber que la naturaleza del hielo está compuesta por una parte de agua y dos de silencio, que es la parte más difícil de romper para un karateka profesional, mientras la ambulancia llega a Socorro y abre sus puertas en South Penn Street.
13 El interior de la ambulancia parece una casita con su cactusario, la fotografía de un culo en la mesilla de noche y una gotera sobre la cama, mientras los calcetines se columpian en el tendedero y las fotos hacen cola para subirse al péndulo de un reloj.
14 Feliz el huevo en la huevera y el cubito en la cubitera, bajo el culo de la gallina y el del refrigerador, pero pobre ambulancia con su cruz de ketchup, como las carabelas de Colón, y el triste ulular del viento en lo alto de la torre ártica, tallada en la piedra negra, y el funeral de la sirenita lleno de perros y de japoneses, que luego cantaron flamenco en el patio de la Luna.
15 Aquí, en el golfo polar, hemos visto a las sillas de ruedas mudando el pelo, y cómo disfruta Colón rascando el autorretrato del Sol para sacarle el oro, aunque luego diga que le está quitando los hollines, porque las manchas del Sol son de nacimiento y no por falta de higiene.
16 Aquí, en este inmenso anfiteatro, se reúnen las sirenas muertas con los donantes anónimos, mientras una taza del water, que tiene voz de barítono como el Jesús de la Pasión, canta con el coro de culos hasta el final, cuando aparece el huevo feliz manchado de ketchup, en su leche de cubitos de hielo, y la rata huye hasta perderse en las profundidades del sifón.
Pensaba que este era un certamen de poesÃa, no de prosa.
A veces pensamos más de la cuenta. Y esto va con doble dirección.
Me gusta tu poema. Por tantas cosas, que ya no me acuerdo. TendrÃa que volver a leerlo y perderÃa el encanto de la sorpresa, de esa cosa extraña que nos cuentas. Y que tanto me gusta. Suerte.
Y genial estilo.
Me gustó mucho Felicitaciones. No hagas caso al comentario de bobdylan, que no le hace honor a su seudónimo; parece que no ha leÃdo nada de poesÃa posterior a 1930.
Para alesis:
1º) Respecto a lo de mi seudónimo.
Por supuesto si empleo este seudónimo es porque me encanta Bob Dylan (tengo más de 300 discos suyos, entre LP y CD), de forma que algo conozco de su trayectoria musical y literaria.
Con tu alusión pareces querer dar a entender que Bob Dylan también escribe ‘de cualquier manera’, cuando lo cierto es que las canciones de Dylan son auténticos poemas.
Lo que los diferencia del ¿poema? que ahora comentamos es que los poemas/canciones de Dylan se basan en una serie de recursos poéticos muy peculiares, tendentes a conseguir un ritmo, que es en definitiva el elemento que caracteriza a la poesÃa frente a la prosa poética o a la simple prosa.
Dylan consigue crear un ritmo empleando con frecuencia la aliteración (repetición de un mismo sonido consonántico, como por ejemplo en To Ramona, que tiene una de las mejores letras que Dylan haya compuesto jamás), o bien a través de una adecuada colocación de los acentos (basta echar una ojeada a canciones como Visions of Johanna o Mister Tambourine man, por citar solamente tÃtulos de los más conocidos). Y por supuesto, mediante el empleo de estrofas que actúan como estribillo, y mediante la rima en los finales de verso, recursos que en ningún caso encuentro en el ¿poema? que comentamos, lo que hace que me decante por calificarlo como prosa.
2º) Respecto a la poesÃa posterior a 1930, supongo que lo dices porque a partir de cierto momento, coincidiendo más o menos con nuestra Generación del 27, se abandonan ciertas formas más o menos tradicionales y se generaliza el versolibrismo. Esto es muy matizable, no obstante, puesto que algunos de los más destacados miembros de dicha Generación del 27 (Alberti, Gerardo Diego) emplean de forma predominante un tipo de poesÃa basada en versos con métrica y/o rima, y algunos otros de sus componentes no abandonan la métrica salvo en contadas ocasiones (Jorge Guillén, etc.). Y aun cuando eso sucede, sus poemas son tales (y no prosa) porque en cualquier caso consiguen crear un ritmo empleando otros recursos como la repetición de palabras al comienzo de los versos, los paralelismos en la estructura o construcción de los poemas, etc. (serÃa el caso de muchos de los poemas de Hijos de la Ira, de Dámaso Alonso, o los más afamados de otros poetas no pertenecientes a dicha generación, como León Felipe).
Las generaciones posteriores han practicado poesÃa más o menos ortodoxa, pero siempre han tratado de buscar el ritmo interno del poema. Si lees a José Hierro, a Luis GarcÃa Montero, a Carmen Jodrá, a Carlos Marzal, o a tantos y tantos otros verás que detrás del aparente versolibrismo hay una depurada técnica y que construyen sus versos con materiales de excelente calidad (combinando versos de 7, 11 y 14 sÃlabas, por ejemplo). Hoy en dÃa, hasta los poetas más solventes, como Pere Gimferrer, se cuidan mucho de chapotear en las dudosas aguas del ‘todo vale’, y algunos enfants terribles (léase Leopoldo Mª Panero) consiguen sus mejores resultados cuando recurren a elementos rÃtmicos (por ejemplo, el poema que alude constantemente a los somormujos).
Y en fin, cuando Mario Benedetti, poeta con mayúsculas, poco sospechoso de tradicionalismos trasnochados o de formalismos rancios, escribe relatos, está escribiendo prosa; cuando GarcÃa Montero, sin duda el mejor poeta español del momento, se adentra en los terrenos del ensayo, lo hace en prosa. Porque un poeta puede escribir en prosa y un prosista, accidentalmente, puede recurrir al verso.
Por eso el ¿poema? que comentamos, se mire por donde se mire, es prosa porque carece de ritmo interno y porque, con independencia de su calidad como texto literario, no reúne ninguna de las caracterÃsticas necesarias para calificarlo como poema.
Saludos.
bobdylan:
Tengo por regla general no discutir acerca de poesÃa con cualquier persona que considere a Benedtti un poeta con mayúsculas.
Saludos.
Coincido con Bobdylan. Es un excelente relato, muy original, pero no es poesÃa. No voy a entrar en debates sobre el asunto, que ya hay mucho escrito sobre ello, pues es una cuestión de opinión personal y no pretendo tener razón. Pero como de opiniones y comentarios se trata, expongo el mÃo.
No te puntúo pues no puedo valorar tu relato como poesÃa.
Soy Juan BallarÃn y mi poema es el nº 105. Te estarÃa muy agradecido su pasaras a leerlo y dejaras allà tu opinión aunque sea crÃtica (no importa que la crÃtica sea dura si encuentras que no te gusta el poema, pues es la mejor manera de aprender y mejorar, lo que si ruego es que sea una crÃtica razonada).
Un saludo cordial y suerte en el concurso.
Muy buen poema. Ni caso a bobdylan. Bobdylan, decididamente no tienes ni idea de poesÃa. Sólo mencionas poetas que se dan en secundaria. Esperemos que no le den el nobel a Dylan (al de verdad), que sólo tiene de poeta el apellido (por aquello que lo tomó de Dylan Thomas, este sà un verdadero poeta, incluso en sus relatos en prosa). Y comparto lo de alesis, discutir de poesÃa con alguien que considera a Benedetti poeta con mayúsculas es perder el tiempo. A ver si leemos poesÃa más allá de los poetas mediáticos o los que se dan en los institutos. Tienes pinta de haber estudiado FilologÃa, que es sinónimo de decir que has leÃdo menos que el perro de un ciego. El perro de las ambulancias es magnÃfico y arriesgado. Asà que mi poema es el 57.
Para hayqueleer:
Siento defraudarte. He estudiado Derecho y he leÃdo y leo mucha poesÃa y por supuesto conozco poetas extraordinarios que no he citado y que no figuran en ningun manual de secundaria (no me voy a poner a dar nombres porque tampoco es cuestión de presumir aquà ni pretendo por supuesto saber más que nadie).
Todo va por gustos, como ya sabes.
Respecto a Benedetti, me parece mucho más poeta que por ejemplo Juan Gelman, aun cuando sus formas de expresión son diferentes.
Y de lo de Dylan, pues me imagino que serás el tÃpico que conoce cuatro cancioncillas del genio de Minnesota, porque si profundizaras un poco verÃas que lleva dentro mucha más poesÃa que la mayor parte de los que se tienen como tales.
Echa una miradita al libro Dylan poeta, de Christopher Ricks, recientemente publicado en castellano. Ahà verás que quizá el que no tiene idea de poesÃa eres tú.
Ah y mi poema es de los que más votos del publico está obteniendo, y nadie sabe que es mÃo. Será por algo.
Saludos.