Siente el viento como pasa entre tus labios,
desde adentro, como buscando su raíz o su fin;
siente las largas piernas de la lluvia recorrer tu piel;
siente las velas del alma inflamarse en este día sin penas,
y mira como mis manos piensan sombras chinescas para los niños
con su cúmulo de soledades y abrazos.
Mírame, por un instante, morir en un sueño
y despertar a salvo en tus ojos suaves.
Y oye como la cintura de las palabras se adelgaza
con el ejercicio espontáneo de nuestros labios.
Y siente, siente el nudo del amor en las entrañas
aboliendo cada rincón de tristeza.
Y recuerda, como recuerdan los pájaros,
nunca pronunciar mi nombre hasta que me olvides.