Icono del sitio IV Certamen Poemas sin Rostro

83-Tu esencia. Por Martina Haggens

Partículas aromáticas ingresan
en mi epitelio olfativo,
atrapando mi ansia
como la red de un cazamariposas
atrapa al insecto más hermoso.

Las moléculas te traen a mí a través
de los cilios de las células.
Y tú, en ese ejercicio químico, te apareces,
como un fantasma, un espectro.

Ese aroma tiene el poder
de cumplir los deseos imposibles.
Tú llegando a mí, desplegándote
a través del bulbo olfatorio.

Patinas en el sistema límbico.
y te subes al hipotálamo.
Hay una parte de ti viva, real, dañina.
Asisto al milagro de la resurrección.

Todo tú en un segundo.
Trago saliva.
Señales químicas transformadas
en respuesta eléctrica.

De nuevo, en ese terremoto instantáneo,
recupero tu lengua, tus dedos, tu forma
de lavarte los dientes.
Tu saliva al despertar.
Tu sentido del humor
más bien lacónico.
Un día comiendo uvas,
pelando uvas que tú
introducías en mi boca.
Una tarde, fumando,
hablando de dios y de la muerte.
Helados de avellana, eran tus favoritos,
y pistachos con cuyas cáscaras
hacías dibujos sobre la mesa.

Luego la nada.
Se va, se ha ido.
Y tú, de nuevo, te has muerto.

El extraño que utiliza
el mismo aftershave que tú usabas
se aleja, indiferente,
por los pasillos.

Retumba en mis oídos el silencio
de la caja de música.
Finalizada la melodía,
la bailarina se dobla, apocada.

Y yo también me pliego
sobre mí misma.
Y cuando abro los ojos,
el metro sólo huele a metro.

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