… y si nada es poético
en este país en el que los transeúntes se confunden
con madres de plaza de mayo
y caminan sin victoria por el obelisco
aturdidas por el tránsito de la avenida Corrientes
del hijo las flores [se disolverán]
entre la taza del té caliente
de la mañana
es tu desayuno, no hay presidente
es tu día de trabajo servil, vacío e inicuo
en el que la camisa blanca de oficina se adhiere con sudor
a la piel del cuerpo
de ese cuerpo agrietado en la humedad de la portland
es tu insignificante día de amor perdido
es tu marketing barato y pobre
mientras Martín duerme luego de la reunión
con los universitarios de la Walsh
y si nada es posible
en este día sin estrellas en el cual los jilgueros despiertan
como despierto yo
frente al reloj de tus páginas
y miro los versos del hijo, la carta
y escribo palabras en otros pizarrones
que quizás no son tan negros
como los pizarrones negros de la infancia
salpicados de llanto
salpicados de sangre
entre el estruendo de las bombas
allá donde la palabra Patria
se convertía en una retórica exquisita
entre los labios del padre
y si nada es inútil
-eso rne enseñaron los amigos, pero qué digo
si al decir estoy contigo-
en el paso del obrero hacia la construcción de la obra
en el esfuerzo inaudito del brazo por exigencia de un
músculo
en la obligación hurnana de levantar la pala
allí donde cae el panfleto de tu convicción
donde se hace poesía
allí donde el libro suspiró sin heridas y revolotearon
esas canciones que solo traían los pájaros
allí …
en el lugar tecnológico de la voz
en el preciso instante de las computadoras
en el periférico ruido, en la eléctrica distracción
allí,
donde estoy yo.
2006.