A veces, cuando me siento solo, sólo quisiera un cigarro
Desmigar con mis zapatos la sinfonía de guijarros
que me cante algún camino
Quisiera hincarle los caninos
A la fruta más prohibida
Escribir una canción desinhibida
Que a todos haga bailar
Y cantar y cantar y cantar…
A veces sólo quisiera un pedacito silencioso de mar tranquilo
Tejerme un abrigo con la lana que esquilo
de mi propio lomo cada vez que voy por lana
a tanto lugar común donde habitan mis macanas
quisiera pasar sin leer esta parte de la historia
peinar canas de repente y llevar en la memoria
fotos alegres de gente querida
y no esta herida
A veces, cuando no encuentro mi brújula
Quisiera domar en mis versos las palabras más esdrújulas
Y convertirlas en verdades
Sublimar en un tango mis males
Y bailarlo con este tiempo tirano
Que me arrebata el amor de las manos
A veces quisiera buscarme en tus ojos
Y no hallar este despojo de viejos enojos
A veces, quisiera poder regresar
A los años y la gente que dejé atrás sin saludar
Dar abrazos apretados a las cosas que ya no van a volver
Y trocar en ignorancia este inservible saber
No llegar a las esquinas esperando que aparezca
Esa mujer que de mi piel hacía yesca
A veces quisiera volver a dibujar en el suelo con un palo
Para ser ese botija que fui y no este gaucho malo
A veces, quisiera quedármelo todo
También y sobre todo lo que no me conviene de ningún modo
Repartir entre mis amigos y verdaderos herederos
Mis tesoros verdaderos
Es decir cuatro palabras locas
Pero me gustaría saber que pelean a ver qué a quién le toca.
A veces quisiera no ser sólo un silencio
Que existiera un lugar donde guardar lo que agencio
A veces quisiera la paz de una brisa en la cara.