He intentado besarte
pero mi mente ha blasfemado,
huiste de la palma de mi mano,
para refugiarte entre mis dedos.
He intentado acariciarte
pero los recuerdos muerden,
girando cual esfera
para controlarme, astuta.
Te refugias salina
dentro del cristal de una lágrima,
gota centellante en dolor,
desecho de mareas.
Ruedas desde la mejilla
hasta la brutalidad de mi mano,
convertida en sentencia
del espejo del alma.
Gota que abruma y agota,
que adormece y rebrota,
que se hurta los sueños
y naufraga en pesadillas.
Gota sensible y poderosa
recubierta de penas y silencios,
la noche te bautiza,
te convierte en manto.
He intentado deslumbrarte
con sonrisa de diamantes,
pero giras escapando,
incontrolablemente pura.
He intentado besarte
y vano fue el esfuerzo,
huyendo entre mis dedos,
convirtiéndome en llanto.-