53-Renuncia. Por Lysanne Tarragó
Renunciar a los sueños es fallecer viviendo,
Renunciar a los sueños es fallecer viviendo,
Mi existencia se consume y perece sólo queda, tu recuerdo la esperanza agoniza, se desvanece hoy más que nunca, te pierdo.
Gritos de silencio se escuchan en el pueblo,
Mientras mi corazón moría de angustia, tus manos trabajaban,
«sabes ¿cómo? se ha de cortar un verso, ¿cuál? debe ser su tamaño»
Fueron huesos firmes enredados a la carne
Hoy que quisiera abrazarte, y escucharte la palabra, sólo el aire me conforta cuando te llamo y no hay nada.
Fui papel en blanco un día y escribía en mí la gente:
Debería de buscar un nombre para esta ciudad que no se le chorree por la cintura
Y quiso ser. Ser hoja de otoño que el viento remonta y agrieta