La muchacha del tres cuartos. Por Rafael Borrás Aviñó
—¿Cómo estás, Guillermo? —La melena le caía revuelta enmarcándole un rostro con una geometría intachable, cierto aire de desamparo infantil y un puñado de pecas caoba disperso sobre los pómulos. Al colgarse las gafas oscuras sobre la cabeza guiñó los ojos contra el resol de poniente. Me sonreía pese al momento, como si nos estuvieran presentando en cualquier otra reunión que no fuera un entierro. Aunque jamás había visto a aquella muchacha de veintialgunos años, supe enseguida quién era. —Aguantando el temple como mejor puedo —contesté. Me pilló por sorpresa; disuelto en una esquina había estado escuchando ensimismado el gorigori parsimonioso… Leer más