Sucedió rumbo a Tampere. Por José Fernández Belmonte
Después de otra noche blanca en Helsinki, donde las ventanas resplandecían como si la noche hubiera olvidado su ancestral cometido de oscurecernos la existencia, tomé un tren Pendolino rumbo a Tampere. Sentía la ansiedad de tomar un buen café y la sensación de haber dormido tres horas menos de lo que mi cuerpo necesitaba. Nunca antes había estado en Tampere así que, nuevamente, me tocaba descubrir otra ciudad con la particularidad de que esta, a diferencia de todas las anteriores, está más cerca del círculo polar ártico. Allí me esperaban varias reuniones de trabajo de sumo interés. En principio tenía… Leer más