El perfume. Por Maite Diloy (Brisne)

«Durante varios minutos la multitud fue sólo ojos y boca abierta. Nadie podía comprender que aquel hombre pequeño, frágil y encorvado de la ventana, aquel desgraciado, aquella insignificancia hubiera podido cometer más de dos docenas de asesinatos. Sencillamente, no parecía un criminal»   Cuando Patrick Süskind escribió El Perfume, historia de un asesino en 1985 consiguió dos cosas fama mundial y vender quince millones de ejemplares. Se convirtió en un best seller en poco tiempo y fue leído por gentes que empezaron a oler la madera, el vidrio, el pomo de una puerta, el sobaco de su amante e incluso… Leer más

AILANN JOY. Por Anita Noire

Ailann Joy se recuesta sobre la cama jugueteando con el hilo que se escapa del dobladillo de la falda. Lo enrolla con el dedo y tira de él con suavidad. Nunca ha sabido porque le pusieron un nombre tan poco femenino pero, con el tiempo, ha llegado a gustarle. Es lo suficientemente desconcertante como para llamar la atención de cualquiera, rotundo, como ella. Enciende un cigarrillo aunque sabe que no le gustará y tendrá que vencer la inicial resistencia a besarla en la boca. Agita la mano intentando dispersar el humo como si el aliento cambiara con ese simple gesto…. Leer más

La luz. Por Eloy Sánchez Rosillo

    No se puede prever. Sucede siempre cuando menos lo esperas. Puede pasar que vayas por la calle, deprisa, porque se te hace tarde para echar una carta en correos, o que te encuentres en tu casa por la noche, leyendo un libro que no acaba de convencerte; puede acontecer también que sea verano y que te hayas sentado en la terraza de una cafetería, o que sea invierno y llueva y te duelan los huesos; que estés triste o cansado, que tengas treinta años o que tengas sesenta. Resulta imprevisible. Nunca sabes cuándo ni cómo ocurrirá.                                                Transcurre… Leer más

Lo que no pudo ser. Por Mirtha Rodríguez

Tristemente en mi memoria, los recuerdos… reaparecen nuestro amor de juventud, añorado tantas veces ni el tiempo con su paso, lo calma, lo desvanece lo nuestro no pudo ser… como sucede a veces. Por cosas del destino, nos vimos casualmente ya mayores, con familia… nos encontramos de frente coincidencia de la vida, que a veces no se entiende preguntamos, sin saber… que éramos libres nuevamente. La ilusión renació, de un amor… guardado tanto tiempo compartirlo con los hijos, fue nuestro gran sentimiento cruelmente se opusieron, tratándonos de… viejos. El corazón de mi amada, no resistió el sufrimiento volvió a dejarme… Leer más

Mundo despreciable. Por Luis Eduardo Foá Torres

En este mundo Lleno de despreciables Todos casi están En un impúdico alquiler Por unos sucios Y depreciados billetes. La necesidad Se engalana Con sus mejores Prendas Y sale a ofrecerse Al mejor postor. La hipocresía Se pasea Desafiante Sobre el pescante De la carroza Del carnaval diario. A la nobleza Se le disolvió La carnadura Bajo el impiadoso Manto De las destartaladas Baratijas. La belleza Sucumbe mientras Tiembla Acariciada por manos Que huelen A estiércol. Los sueños Se hacen trizas Contra las aspas Del molino Que mueven vientos Salido de hornos Donde se consume Lo puro. La dignidad Está… Leer más

La fuente de los ocho caños. Por Julio Cob Tortajada

Aquella mañana, nada más despertar, lo primer que hizo León Valderas fue salir a su pequeño jardín. Acto seguido acudió a su trastero. Sacó la escalera de madera, se colgó a la bandolera las tijeras de cortar y subió al tejado. Se acercó a la antena de TV; cortó su cableado. Alzó su mirada buscando sobre la arboleda cercana la presencia de pájaros. – He tenido suerte- se dijo. Pues de inmediato apareció una bandada que la siguió con sus ojos hasta perderse en un horizonte partido en dos por una línea que dejaba en lo alto un azul intenso… Leer más

Querer a veces no es poder (pero lo sigo intentando…) Por Yolanda Sáenz de Tejada

Y no llegas, por más que te rezo, por más que me hinco de rodillas…   Cómo quisiera rajar de blancas sombras tu luz. Cómo deseo hundir de tus sueños mis pesadillas. Cómo codicio agotar de besos y saliva tu boca. Para no sentirme perra sin amo que ladra dolor. Para no nacerme huérfana que implora calor. Para no morirme de vieja loca que grita tu amor. Yolanda Sáenz de Tejada Colaboradora de esta Web en la sección «Tacones de Azucar» Blog de la autora Leer más