El alma de la bestia. Por Mar Solana
Adoro a los animales, esos seres peludos de cuatro patas, desde que recuerdo tener memoria y siento que ellos tienen una especial sintonía conmigo. Cuando cumplí siete años, mi hermana trajo a casa a una preciosa gata, Chispita, que convivió con la familia la friolera de catorce años; llegó en mi infancia y se marchó en la flor de mi juventud, compartió conmigo toda una etapa de la vida. Aún me conmuevo al evocar la imagen de toda la familia llorando como niños huérfanos cuando se murió, en brazos de mi hermana. Mi madre lo pasó tan mal… Leer más